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Game Changer: Roberta Jacobson

La actual embajadora de Estados Unidos en México ha sido clave para mejorar la comunicación bilateral en momentos difíciles.

Apenas egresada, Roberta Jacobson vio a México desde una perspectiva latinoamericana. No sólo la de quien cumple con funciones gubernamentales con una visión enfocada en Washington.

Graduada de la maestría en derecho y diplomacia de la Universidad de Tufts, en Massachusetts, la actual embajadora de Estados Unidos llegó al Departamento de Estado como practicante en el gobierno de Ronald Reagan, en 1986. Una de las primeras posiciones que le fueron asignadas en la administración fue la de analista en el buró de inteligencia e investigación, para cubrir específicamente Argentina y Perú.

Justamente a Perú viajó Jacobson para asumir como segunda a cargo de la embajada de su país en 2000. Regresó a Washington un par de años después a un puesto que la vinculó con su destino: encabezó la oficina de México en el Departamento de Estado hasta 2007. En uno de sus encargos posteriores se enfocó en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Por eso, tal vez, el presidente Donald Trump optó por no cambiar la decisión de su antecesor Barack Obama, para mantenerla como representante de Estados Unidos en México a menos de un mes de iniciar las negociaciones formales del TLCAN.

Pero aun como vocera de ese gobierno, la embajadora emite opiniones que difieren de la retórica de su presidente: "Lo dije antes y lo diré de nuevo: los Estados Unidos no podrían ser más afortunados de tener a México como vecino", dijo Jacobson en la reciente celebración de la independencia de su país, el 4 de julio. El TLCAN, añadió, ha traído beneficios para las tres naciones que lo conforman.

Hoy acumula 30 años de trabajo enfocado en Latinoamérica, pasando por administraciones del Partido Republicano y del Partido Demócrata.
Su trayectoria colecciona anécdotas, como aquella de 2012, cuando Hillary Clinton fue captada en un bar de Cartagena bailando salsa en una fiesta organizada con motivo del cumpleaños de Jacobson. Durante su carrera se ha ganado el respeto de líderes en México como una interlocutora con Washington y su modo de comunicar no se limita a la de documentos formales, sino que incluso se expresa a una vocación que raya en el activismo.

La soleada mañana del 24 de junio marchó junto a miles de personas sobre Paseo de la Reforma en defensa del orgullo gay. La pancarta que sostuvo ese día con algunos de sus homólogos en la Ciudad de México rezaba: "Las embajadas respetamos a las familias, la libertad y la vida de todxs".

Si bien Jacobson es la funcionaria estadounidense de más alto rango en México, el representante de comercio Robert Lighthizer, el secretario de Comercio Wilbur Ross y otros al interior de la Casa Blanca probablemente jugarán un rol más importante en la negociación del TLCAN, dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue.
"Ella conoce bien el TLCAN y claramente abogará por no hacer una completa reestructura sino por tratar de mejorarlo y modernizarlo". El futuro de Jacobson permanece incierto.

Muchas de las posiciones más relevantes en el Departamento de Estado todavía están vacantes y es posible que Jacobson sea reemplazada cuando sus superiores sean instalados.

Por ahora, ella es "la embajadora ideal en México", dijo en mayo Francisco Palmieri, el secretario asistente en funciones para la región en el Departamento de Estado.


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