El heredero del imperio de Slim que ha sido clave para que la F1 se mantenga en la CDMX

De todos los fanáticos al automovilismo que hay en el país, quizá muy pocos resintieron tanto la amenaza del actual Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, de no renovar el contrato con la Fórmula 1 como Carlos Slim Domit.

Para nadie es secreto que el hijo mayor y principal heredero del trono empresarial de Carlos Slim Helú es un gran aficionado al automovilismo. Fue precisamente él quien fundó en 2002 la escudería Telmex y también fue uno de los principales artífices del regreso de la F1 al país, tras más de dos décadas de ausencia.

Sin embargo, ni cuatro reconocimientos al hilo como el Mejor Gran Premio de F1 en el año, ni una derrama económica de 740 millones de dólares y 8 mil empleos generados por el evento en 2018, lograban convencer a Sheinbaum y al gobierno federal de extender el contrato de la carrera. ¿El motivo? El mismo que en otros rubros del gasto en la 4T: la austeridad.

Ante la negativa del Gobierno federal de aportar recursos para celebrar el Gran Premio, Slim Domit encabezó los esfuerzos para que el sector privado 'saliera al quite' y se extendiera el contrato con la F1 hasta 2022.

Es director de Grupo Carso desde 1998.

Colecciona búhos, el animal emblema de la cadena Sanborns, también propiedad de su familia

Administrador de Empresas por la Universidad Anáhuac, el 'Charal', como es conocido el empresario entre sus familiares y amigos, ha enfrentado negociaciones complejas en el pasado reciente, especialmente ante el retiro paulatino de su padre de los negocios familiares. Su voz en Telmex, America Telecom, Carso Global Telecom, CompUSA y el resto de Grupo Carso, es ya la más importante.

Sin embargo, dada su pasión por el deporte del motor, el cabildeo para mantener el máximo circuito del automovilismo en México fue una prioridad en la que Slim Domit puso eventualmente todo su esfuerzo.

Según cuentan personas con conocimiento de la negociación, su mano fue clave para que bancos como Santander y Citibanamex asumieran buena parte de los gastos en los que antes aportaba el gobierno.

El empresario fue clave en mostrar a las autoridades los beneficios económicos del evento y un gran punto de venta fue el hecho de que el gasto en infraestructura para la carrera era prácticamente nulo, gracias a las inversiones hechas para eventos anteriores. Además, su membresía y peso dentro de la Federación Internacional de Automovilismo compró la paciencia y apertura necesarias para mantener el evento por tres años más en el legendario Autódromo Hermanos Rodríguez.

Según algunas estimaciones del gobierno capitalino de Sheinbaum, se espera que el fin de semana de la carrera, del 25 al 27 de octubre, haya una asistencia de por lo menos unos 300 mil aficionados al automovilismo. Todos ellos, y los miles de apasionados del deporte que seguirán la carrera por televisión esos días, ya saben a quién pueden agradecer.