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Cómo manejar tu dinero en un mercado bajista

Tras la zozobra del mercado, ahora es momento para hacer una pausa y pensar en el riesgo. Ajusta la cartera, pero no abandones tu estrategia.

Si la turbulencia del mercado bursátil de los últimos meses dejó algo para los inversores de a pie, es que ahora tienen una idea más realista del riesgo que están dispuestos a asumir y una mejor comprensión de lo que significa la diversificación de la cartera.

La caída del S&P 500 a fines de 2018, 19.8 por ciento desde su máximo de septiembre hasta su mínimo de diciembre, no fue suficiente para cumplir con la definición tradicional de un mercado bajista. Y las acciones se han recuperado más de 9 por ciento. Sin embargo, tras un mercado alcista, el miedo a quedarse fuera se ha transformado de súbito en miedo a que las sustanciosas ganancias de años desaparezcan. Por primera vez en mucho tiempo algunos inversores están considerando seriamente los riesgos en su cartera. Los planificadores financieros lo ven en sus oficinas. "Los periodos en que captamos más clientes son cuando hay una carnicería en los mercados. Vivimos para esto", dice Lou Stanasolovich, presidente de Legend Financial Advisors.

Es cierto, muchas personas no hacen un análisis de su cartera hasta que un fuerte golpe los obliga. Y aunque muchos están nerviosos ahora, pocos están en crisis, lo que hace que este sea buen momento para revisar si sus apuestas están en sincronía con su tolerancia al riesgo y sus objetivos. "Deberíamos dedicar más tiempo a planificar para la volatilidad y las posibles pérdidas que a intentar predecir cuándo se producirá la próxima caída", señala Peter Lazaroff, director de inversiones de Plancorp.

Por supuesto, los asesores desaconsejan vender emocionalmente tras una caída. Muchos inversores incluso querrán comprar acciones, aunque solo sea para recomponer la parte de su cartera dedicada a esos activos a su distribución prevista. "Cuando ocurren grandes movimientos en el mercado, hay una gran oportunidad para reequilibrar", explica Greg Davis, director de inversiones de Vanguard Group. "Las valuaciones han vuelto a niveles razonables en lo que respecta a las acciones estadounidenses".

La idea de revisar la cartera no es tratar de adivinar el mercado, sino aceptar que la volatilidad es normal y asegurarte de que no te expones demasiado. Los inversores comienzan cotejando sus cuentas para ver dónde se traslapan y si deben reequilibrarse. Tal vez muchos descubran que su cartera, supuestamente diversificada, se concentra en acciones tecnológicas de gran capitalización.

"Todo el tiempo escucho a la gente decir que tienen un fondo indexado al S&P 500, y por tanto están diversificados en 500 compañías", dice David Alison de Alison Wealth Management.

Lo que no consideran, agrega, es cómo las acciones de las tecnológicas crecieron en valor y ocupan gran parte de índices como el S&P 500, pero también de carteras de fondos de gestión activa.

Hace una década, cuando el mercado accionario tocó fondo en marzo de 2009, la empresa con el mayor peso en el S&P 500 era Exxon Mobil Corp., con una ponderación del 5.6 por ciento. Le seguían AT&T, Chevron, Johnson & Johnson y Procter & Gamble con 2 por ciento de ponderación cada una. Al 8 de enero de 2019, Microsoft Corp. ocupa la primera posición en el índice, con el 3.7 por ciento. Le siguen Amazon.com, Apple, Berkshire Hathaway y Johnson & Johnson. Entre los diez con más influencia en el S&P están Alphabet Inc. y Facebook Inc.

Las acciones tecnológicas de gran calibre son dominantes en fondos con una gran presencia en los planes de ahorro para el retiro. En Fidelity Contrafund, que gestiona activos por 108 mil millones de dólares, tres de las cinco principales posiciones al 30 de noviembre eran tecnológicas: Amazon representaba el 7 por ciento de los activos, Facebook el 5.4 por ciento y Microsoft 4.2 por ciento. En total, el sector tecnológico representó más del 34 por ciento de la cartera del fondo, según Morningstar Inc.

Lo que es más, las concentraciones de cartera tienden a crecer cuando los clientes invierten por su cuenta, dice Alison, porque las personas a menudo invierten en lo que conocen. "Mis clientes empleados de Apple están comprando Facebook, Netflix, Qualcomm, Amazon", detalla. Sus clientes de Facebook no compran más Facebook directamente, agrega, pero cuando sus acciones restringidas se adjudican, las mantienen en lugar de diversificar.

Reevaluar la exposición al sector tecnológico no significa huir de estas compañías. Al 30 de noviembre, el fondo cotizado Vanguard S&P 500 tenía el 22 por ciento de sus activos en el sector tecnológico. Puedes usar ese porcentaje como una referencia. Si tu cartera total de acciones tiene una proporción menor, tu apuesta es que las acciones tecnológicas están sobrevaloradas. Si tu proporción es mayor, tal vez te dejaste llevar involuntariamente por el momento en el sector más candente del mercado, y podría tener sentido moderar esa exposición.

Los inversores también deben revisar si tienen suficiente dinero en bonos. Esto puede parecer un consejo extraño, pues una de las razones por las que el mercado está tocado es porque la Reserva Federal de EU ha elevado las tasas de interés, y los precios de los bonos bajan cuando las tasas suben. Sin embargo, una cartera diversificada de bonos de alta calidad debería ser menos volátil que las acciones y es clave para preservar el capital a largo plazo.

Un punto de partida para determinar la posición en bonos es tu edad, explica William Bernstein de Efficient Frontier Advisors. Una antigua regla de oro es "tu edad en bonos", así que si tienes 45 años, tendrías un 45 por ciento en renta fija. Pero siempre puedes ajustar.

Muchos fondos de jubilación con fecha objetivo, que distribuyen los activos según la edad del inversor, son más agresivos.

Esto nos lleva a la psicología. Bernstein describe el desafío de mantenerse tranquilo en medio del ruido del mercado en términos categóricos: "Todo es un juego mental y sobrevivir al juego mental en el curso del tiempo es lo que determina tu éxito". Teóricamente, los inversores jóvenes podrían tener el 100 por ciento de sus activos en acciones porque tienen medio siglo para generar ingresos. ¿El problema? "No hay muchos seres en este universo que puedan tolerar una cartera compuesta solo por acciones", apunta Bernstein.

Un joven puede querer bonos para controlar el impulso de vender en una caída del mercado. Tal vez sea más crucial tener el dinero en bonos seguros a corto plazo o en un fondo del mercado monetario para usarlo en caso de una emergencia, como el desempleo. Las recesiones a veces siguen a los mercados bajistas y no quieres verte obligado a vender acciones para tus gastos diarios luego que los precios se hayan desplomado.

Los inversores de mayor edad enfrentan un dilema difícil. Han vivido las caídas del mercado y conocen la sensatez de mantener el rumbo, pero están cerca de jubilarse. También enfrentan esta turbulencia con más dólares de los que tenían de jóvenes, lo que aumenta el dolor de una pérdida.

Algunos planificadores aconsejan distribuir el dinero en tres "cubetas" para objetivos con diferentes plazos. La cubeta "para ahora" de gastos diarios y emergencias puede contener tres años de ingresos en una cuenta bancaria o en el mercado monetario. Para una persona de 60 años, una cubeta "para pronto" cubriría un plazo mayor, como los primeros cinco a diez años de gastos una vez jubilada. Una cubeta "para luego", centrada en objetivos a más de 10 años, tendría el resto de la cartera y puede invertirse en acciones. Una vez que hayas resuelto esos problemas, puedes volver a ignorar la mayoría de los altibajos de los índices del mercado.

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