Visión CFA

La mezcla perfecta

Gustavo Espinosa, CFATodos los inversionistas deben tomar decisiones diariamente: qué instrumento añadir a su portafolio, a qué precio le conviene comprar o vender, qué sector o industria tiene el mayor potencial de apreciación, la moneda que se verá favorecida por los flujos de capitales internacionales, etc. Los inversionistas dedican una gran parte de su tiempo en analizar estas decisiones. Sin embargo, pocos inversionistas dedican el tiempo suficiente a la decisión que tendrá un mayor impacto en su resultado en el largo plazo: la asignación de activos estratégica (“strategic asset allocation”). La asignación de activos estratégicaLa asignación de activos estratégica consiste en establecer la mezcla ideal de largo plazo entre bonos y acciones en el portafolio de acuerdo a los objetivos y la tolerancia al riesgo de cada inversionista. Por ejemplo, un inversionista con edad cercana al retiro podría preferir tener su inversión 100% líquida y con poca variación, por lo cual invertiría el 100% de su portafolio en bonos de corto plazo con alta calificación crediticia. Por otro lado, un inversionista joven con mayor tolerancia al riesgo y un horizonte de inversión de mayor plazo podría tener el 100% de su portafolio en acciones. Inversionistas sofisticados como planes de pensiones, fondos soberanos o de universidades, pueden considerar otras clases de activos financieros como bienes raíces, productos agroindustriales, metales y divisas como parte de su portafolio y asignarles un porcentaje adecuado. InvestigacionesDiversos estudios revelan la importancia de la asignación estratégica de activos. Algunos investigadores como Brinson, Hood, and Beebower (1986) reportan que hasta un 90% del desempeño de largo plazo del portafolio se explica por la mezcla de activos, es decir, el nivel riesgo-rendimiento que se puede obtener está predeterminado en gran medida por la asignación estratégica de activos. Por ejemplo, no es posible esperar un mayor rendimiento en el largo plazo de un portafolio invertido 100% en instrumentos de deuda de corto plazo como CETES que el rendimiento de un portafolio invertido 100% invertido en acciones. Ben Graham en su libro “El inversionista inteligente” sugiere para el inversionista conservador promedio una mezcla neutral de 50% bonos y 50% acciones. Harry Markowitz, padre de la teoría clásica de portafolios que enfatiza la relación riesgo-rendimiento para seleccionar portafolios eficientes, en una entrevista declaró que la mezcla de activos de su portafolio personal era 50% bonos y 50% en acciones con el fin de “minimizar el remordimiento” de no haber invertido lo suficiente en un activo ganador o de haber invertido demasiado en un activo perdedor.La mezcla óptimaExisten reglas empíricas para escoger la mezcla de activos adecuada de acuerdo a la edad del inversionista. La regla “Tu edad en bonos” establece el porcentaje de bonos a mantener en el portafolio. Para una persona de 35 años, esta regla le indica que debe tener 35% invertido en bonos y 65% invertido en acciones. Para una persona en edad cercana al retiro, por decir 60 años, esta regla establece un 60% en bonos y 40% en acciones. Esta regla intenta capturar la habilidad para tomar riesgo de acuerdo al horizonte de inversión del inversionista, donde a mayor plazo existe una mayor capacidad para tomar riesgos y viceversa.En resumen, la mezcla perfecta depende de la situación y los objetivos de cada inversionista. Variables como edad, estado civil, número de hijos, estabilidad laboral, nivel socioeconómico, necesidades de liquidez, objetivos de largo plazo, entre otros, deben ser consideradas al establecer la asignación de activos estratégica. Inclusive, algunos asesores de inversión incluyen factores psicológicos para determinar el nivel de tolerancia al riesgo de sus clientes y poder diseñar una estrategia de inversión acorde. En lo personal, yo comulgo con la idea de Burton Malkiel en su libro “Un paseo aleatorio por Wall Street”: Tomar el nivel de riesgo estrictamente necesario que te permita dormir tranquilamente por las noches. Gustavo Espinosa, CFA, es Consultor en Inversiones para planes de pensiones privados.

Gustavo Espinosa, CFA

Todos los inversionistas deben tomar decisiones diariamente: qué instrumento añadir a su portafolio, a qué precio le conviene comprar o vender, qué sector o industria tiene el mayor potencial de apreciación, la moneda que se verá favorecida por los flujos de capitales internacionales, etc. Los inversionistas dedican una gran parte de su tiempo en analizar estas decisiones. Sin embargo, pocos inversionistas dedican el tiempo suficiente a la decisión que tendrá un mayor impacto en su resultado en el largo plazo: la asignación de activos estratégica ("strategic asset allocation").

La asignación de activos estratégica

La asignación de activos estratégica consiste en establecer la mezcla ideal de largo plazo entre bonos y acciones en el portafolio de acuerdo a los objetivos y la tolerancia al riesgo de cada inversionista. Por ejemplo, un inversionista con edad cercana al retiro podría preferir tener su inversión 100% líquida y con poca variación, por lo cual invertiría el 100% de su portafolio en bonos de corto plazo con alta calificación crediticia.

Por otro lado, un inversionista joven con mayor tolerancia al riesgo y un horizonte de inversión de mayor plazo podría tener el 100% de su portafolio en acciones. Inversionistas sofisticados como planes de pensiones, fondos soberanos o de universidades, pueden considerar otras clases de activos financieros como bienes raíces, productos agroindustriales, metales y divisas como parte de su portafolio y asignarles un porcentaje adecuado.

Investigaciones

Diversos estudios revelan la importancia de la asignación estratégica de activos. Algunos investigadores como Brinson, Hood, and Beebower (1986) reportan que hasta un 90% del desempeño de largo plazo del portafolio se explica por la mezcla de activos, es decir, el nivel riesgo-rendimiento que se puede obtener está predeterminado en gran medida por la asignación estratégica de activos. Por ejemplo, no es posible esperar un mayor rendimiento en el largo plazo de un portafolio invertido 100% en instrumentos de deuda de corto plazo como CETES que el rendimiento de un portafolio invertido 100% invertido en acciones.

Ben Graham en su libro "El inversionista inteligente" sugiere para el inversionista conservador promedio una mezcla neutral de 50% bonos y 50% acciones. Harry Markowitz, padre de la teoría clásica de portafolios que enfatiza la relación riesgo-rendimiento para seleccionar portafolios eficientes, en una entrevista declaró que la mezcla de activos de su portafolio personal era 50% bonos y 50% en acciones con el fin de "minimizar el remordimiento" de no haber invertido lo suficiente en un activo ganador o de haber invertido demasiado en un activo perdedor.

La mezcla óptima

Existen reglas empíricas para escoger la mezcla de activos adecuada de acuerdo a la edad del inversionista. La regla "Tu edad en bonos" establece el porcentaje de bonos a mantener en el portafolio. Para una persona de 35 años, esta regla le indica que debe tener 35% invertido en bonos y 65% invertido en acciones. Para una persona en edad cercana al retiro, por decir 60 años, esta regla establece un 60% en bonos y 40% en acciones. Esta regla intenta capturar la habilidad para tomar riesgo de acuerdo al horizonte de inversión del inversionista, donde a mayor plazo existe una mayor capacidad para tomar riesgos y viceversa.

En resumen, la mezcla perfecta depende de la situación y los objetivos de cada inversionista. Variables como edad, estado civil, número de hijos, estabilidad laboral, nivel socioeconómico, necesidades de liquidez, objetivos de largo plazo, entre otros, deben ser consideradas al establecer la asignación de activos estratégica. Inclusive, algunos asesores de inversión incluyen factores psicológicos para determinar el nivel de tolerancia al riesgo de sus clientes y poder diseñar una estrategia de inversión acorde. En lo personal, yo comulgo con la idea de Burton Malkiel en su libro "Un paseo aleatorio por Wall Street": Tomar el nivel de riesgo estrictamente necesario que te permita dormir tranquilamente por las noches.

Gustavo Espinosa, CFA, es Consultor en Inversiones para planes de pensiones privados.

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