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Y esos términos tan de moda, ¿cómo los entiendo?

La mayoría de nosotros nos atrevemos a usar palabras como inteligencia artificial o blockchain de manera muy natural

En los últimos años hemos sido testigos de una ola de nuevas tecnologías que han cambiado la forma en que vivimos nuestro día a día. Los ejemplos más palpables son la manera en que nos comunicamos con la gente y la forma en cómo movemos nuestro dinero, ambas ahora casi totalmente digitales. Otros ejemplos son las recomendaciones automáticas en redes sociales o las criptomonedas y su influencia en la economía de algunos países.

Estos cambios han sido tan impactantes, que la mayoría de nosotros nos atrevemos a usar palabras como inteligencia artificial o blockchain de manera muy natural y las generaciones más jóvenes ven estos términos ya como parte de su base de conocimiento básico.

Desde el punto de vista tecnológico esta situación es benéfica, ya que permite la adopción rápida de estas tecnologías y la consecuente disminución del costo de las mismas.

Sin embargo, la rápida adopción no garantiza una amplia experiencia del público ni mucho menos la existencia de verdaderos expertos, ya que éstos requieren de años de preparación.

De ahí que surjan muchos pseudo expertos que tratan de explotar la poca experiencia del público para hacerse de alguna ganancia personal. Este abuso, además de pérdidas económicas puede generar concepciones erróneas, desconfianza o expectativas equivocadas del uso potencial que se le podría dar a estas tecnologías.

Por ejemplo, para el buen uso y explotación de dichas tecnologías es necesario tener legislación que proteja tanto a los creadores como a los usuarios. Si los legisladores no tienen un entendimiento pleno de dichas tecnologías, ¿cómo podrán crear y aprobar una ley adecuada? Ahí es donde el trabajo de divulgación de los expertos es de suma importancia. Agencias como el Conacyt y universidades de prestigio y sus profesores se vuelven clave en dicho proceso.

Nosotros como consumidores de esta información debemos de ser cuidadosos usando fuentes que provengan de dichos expertos y si en algún momento requerimos de los servicios de alguien para el uso de alguna de estas tecnologías, siempre verificarlo con algún experto.

*Directora del Departamento Regional de Computación y Mecatrónica. Escuela de Ingeniería y Ciencias Región Centro del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.

raldeco@itesm.mx

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