Bajío

Millennials y fábricas, como agua y aceite

Sectores como el automotriz o aeroespacial tienen estándares de producción y políticas laborales menos flexibles en comparación con otras actividades económicas: no admiten el home office ni "saltarse" etapas, y, por el contrario, exigen apego al procedimiento.

Los procesos industriales en sectores como el automotriz o el aeroespacial todavía significan áreas de menor acceso a personal de la generación millennial, dado el perfil de cambio que presentan estos jóvenes, comentó Daniel Gutiérrez Larotta, director de Consultoría de Grupo Human.

Mencionó que las industrias especializadas operan procesos productivos automatizados, que requieren estándares de producción y políticas laborales que son menos flexibles en comparación con otras actividades económicas.

Gutiérrez dijo, sin embargo, que hay algunos casos que pueden aplicar y otros en los que es más difícil.


"Empresas que tengan una carga técnica muy fuerte, muy de procesos, donde está la producción, no puedes tener a la gente haciéndolo desde su casa, y tampoco puedes hacer que el proceso se lo brinquen o que lo estén cambiando, ahí más bien buscas apego al procedimiento", reconoció.

La región del Bajío presenta un crecimiento exponencial de la industria automotriz y de autopartes, donde existe una importante demanda de capital humano en distintos niveles profesionales.

El también socio director de Grupo Human, agregó que si bien existen ciertas limitantes que no se pueden modificar en el corto plazo en este tipo de sectores, sí hay algunas acciones relacionadas con prácticas de gestión de personal que se pueden cambiar, por ejemplo, en la mejora de compensaciones que lleven a una mayor productividad laboral.

Los millennials se desempeñan en todos los sectores de la actividad productiva, aunque la tendencia es que se dediquen a profesiones que les permitan tener una mayor calidad de vida y en las que sean dueños de su tiempo, mencionó.

También, expuso, se observa de una forma importante, la tendencia al emprendimiento, sobre todo en proyectos de productos o servicios personalizados, con una base de desarrollo tecnológico y sustentable.

Bajo este panorama, Gutiérrez Larotta destacó que el reto para las empresas es romper con políticas que en muchas ocasiones se consideran productivas o necesarias, y que no lo son, como pueden ser códigos de vestimenta o rigidez en los horarios.

En la medida en que las compañías hagan un análisis de las nuevas prácticas que pueden aplicar y con ello mejorar su operación, junto con un mejor ambiente laboral en sus equipos de trabajo, se podrá atender a la oferta de la nueva generación productiva.

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