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Competitividad: reto del TPP con o sin Estados Unidos (I)

El Acuerdo de Asociación Transpacífico, ahora TPP-11 ya que excluye a Estados Unidos, sigue vivo. Bajo el liderazgo de Japón, las 11 naciones restantes pretenden alcanzar una declaración conjunta que permita la entrada en vigor de dicho acuerdo comercial.

El Acuerdo de Asociación Transpacífico, ahora TPP-11 ya que excluye a Estados Unidos, sigue vivo. Bajo el liderazgo de Japón, las 11 naciones restantes pretenden alcanzar una declaración conjunta que permita la entrada en vigor de dicho acuerdo comercial.

Con o sin la nación norteamericana la firma del tratado trae oportunidades para nuestro país, pero ello también implica retos.

Sobre la base de las iniciativas existentes, el TPP incluye 30 capítulos relacionados con el comercio de bienes; aduanas y facilitación comercial; reglas de origen; inversión; es decir, toda una gama de medidas para abrir los mercados a su máxima expresión. Uno de los temas más relevantes del acuerdo, por la dinámica de flujo monetario y físico que conlleva, es el de comercio exterior de bienes.

El apartado "Trato Nacional y Acceso de Bienes al Mercado" establece que cada uno de los países miembros otorgará trato nacional a los bienes de su contraparte; esto significa eliminación de aranceles de manera inmediata, salvo eliminación progresiva de acuerdo a una lista de productos (Anexo 2-D).

Se restringe a los firmantes el incremento de tarifas existentes o en su caso la creación de nuevos aranceles. También imposibilita la aplicación de medidas para prohibir o restringir las importaciones y/o exportaciones; en tanto que, ya sea de manera unilateral o multilateral se privilegia, por petición o por acuerdo entre la partes, la eliminación acelerada de la lista de productos del Anexo 2-D.

En materia de agricultura se comparte el objetivo de eliminación de subsidios a la exportación, al tiempo que se impide la reintroducción de tales medidas. Asimismo se limita, salvo en casos especiales cuando se pretenda evitar o aliviar escasez crítica de productos agrícolas, cualquier restricción a las exportaciones.

Estas simples reglas, que no abarcan más de dos o tres párrafos, implican un reto en materia de crecimiento, un desafío llamado competitividad.

Dado que no habrá trato discriminatorio de bienes entre los países firmantes, el aparato productivo –particularmente el sector manufacturero- competirá directamente con productos de otras latitudes bajo un único mediador llamado precio.

Una vez descontados costos de transporte y de transacción, reducidos como consecuencia del TPP, el precio de los bienes producidos internamente deberá reflejar eficiencia y alta productividad con el fin de evitar que la competencia internacional los deje fuera mercado.

En pocas palabras, para poder competir en un acuerdo comercial que incluye a naciones que privilegian a las exportaciones en su modelo de crecimiento, las empresas mexicanas tendrán que asumir mayor profesionalización y modernización en sus procesos de producción.

*Director general de Forecastim SC y editor de la revista Triángulo Industrial Bajío.
rtrejo@forecastim.mx

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