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Casa del Venado Azul, fábrica de música en Mineral de Pozos

La Casa del Venado Azul es el refugio de Cruz Martínez; hace 25 años compró el terreno en ocho mil pesos, una propiedad que ahora bien podría costar un millón de pesos.

MINERAL DE POZOS, Gto.— Luis Cruz Martínez ha amado desde niño la música y, más allá de eso, descubrir la magia que hace surgir sonidos y armonías de la madera, las flores del maguey o las piedras. Transformar los materiales en tambores, sonajas, flautas, ocarinas o teponaxtles. Todo eso en una especie de viaje constante por la ancestral cultura indígena.

La Casa del Venado Azul es el refugio de Cruz Martínez; hace 25 años compró el terreno en ocho mil pesos, una propiedad que ahora bien podría costar un millón de pesos.

Hoy es fábrica, escuela y tienda de instrumentos musicales, lugar de hospedaje y sede de un temazcal que lleva al visitante a un viaje por el vientre de la madre tierra.

Desde niño, Luis Cruz conoció el sonido de los tambores y la danza, pero tuvo la feliz coincidencia de encontrarse con Tribu, un grupo musical comprometido con la defensa de las tradiciones indígenas que llegó a Mineral de Pozos para ofrecer talleres de fabricación de instrumentos autóctonos, y que se convirtieron en sus maestros.


"Yo me dedicaba a la construcción, fui migrante también, pero hace 23 años me aventuré a quedarme en Pozos y dedicarme a algo donde pudiera contribuir en la preservación o el enriquecimiento de la cultura mexicana, y qué mejor que la música, la danza, los instrumentos estilo precolombino."

___ ¿Cuál fue su primer instrumento?
___ Yo soy originario de un ranchito que se llama El Toreador. Mis papás hacían un tamborcito, que fue mi primer instrumento. Pero con el grupo Tribu, que llegó hace 35 años, mi primer instrumento fue palo de lluvia. Y después fui experimentando, fusionando las culturas del mundo con la mexicana para ir creando instrumentos que sonaran diferente y siempre mencionando las raíces de cada una.

___ ¿Cómo surge el venado azul?
___ El Venado Azul nace en 1995. Desde niños estamos involucrados en la danza y los tambores y después conociendo la construcción de los instrumentos nos dedicamos a probar suerte en la fabricación de los instrumentos. Todo nace como un pasatiempo, y ya después lo convertimos en un hábito, en una profesión, una forma de vivir.

___ ¿Cuál es el instrumento que más disfruta?
___ El huehuétl, y la flauta, aunque no puedo descartar a ninguno, pero sí los que me apasionan mucho son ésos. Debe ser por el sonido, uno por lo grave y lo agudo y el otro por lo agudo y lo grave.

___ ¿Cuál es el más difícil de fabricar?
___ No hay difíciles, es cuestión de tiempo.

___ ¿Cuántos instrumentos produce?
___ Nunca hemos tenido la curiosidad de contar, pero son muchos; ayer hice una flauta mañana teponaztles, marimbas de piedra: la próxima semana tengo que diseñar para empezar a tallarlos.

___ Está creando escuela
___ Nunca fue mi intención, pero sí me da gusto que los niños que vienen los fines de semana están haciendo algo, y las personas que en un inicio empezaron a trabajar conmigo ya saben hacer muchas cosas, es una escuela que se ha ido creando. Cuando vienen grupos de niños o turistas se les pone a hacer un tambor, un palo de lluvia, aquí les damos el material.

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