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Tecnología, factor de inclusión financiera


 
Adriana Rodríguez Canales
 
Para que el uso de la tecnología pueda generar mayor impacto en el proceso de inclusión financiera en el país, es necesario que tanto el gobierno como la iniciativa privada implementen campañas más agresivas para promover la educación financiera.
 
De acuerdo con Javier de la Rosa, director general de Supervisión de Riesgo Operacional y Tecnológico de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), entre la población mexicana persiste la desconfianza, en primer lugar, hacia tener una cuenta en un banco o en alguna institución financiera formal, y en un segundo plano, a utilizar la tecnología para mover recursos.
 
"Hay segmentos de la población a los que les sigue dando miedo tener que acercarse a una sucursal y abrir una cuenta. Y en segundo término, le tienen miedo a usar la tecnología, porque creen que si les roban el dispositivo móvil, la información de éste puede ser utilizada para robarles su dinero", afirmó.
 
"Lo que debemos promover, en primer lugar, son los beneficios de contar con una cuenta bancaria o de alguna entidad financiera; y en segundo, no sólo debemos resaltar la facilidad y practicidad de utilizar las tecnologías móviles para realizar transacciones, sino la seguridad que implica utilizarlo.
 
"El público debe saber que las reglas que existen actualmente están encaminadas a proteger los recursos de los clientes, y que las autoridades hemos trabajado arduamente para verificar que cualquier sistema tecnológico que se utilice cuente con todos los controles necesarios", agregó. 
 
Retos
 
El funcionario subrayó que con la regulación actual, si se cumple al pie de la letra, los riesgos se disminuyen drásticamente. "Sí tenemos fraudes, pero una vez que se identifican, se establecen medidas correctivas con las entidades financieras para que se modifique el sistema de manera inmediata.
 
"El nivel de reclamaciones a través de estos medios es mínimo y viene a la baja en el caso de cajeros automáticos y terminales punto de venta; mientras que en operaciones de banca por Internet se ha mantenido estable. Estamos hablando de menos de 0.5% de las cuentas en donde se han presentado inconformidades", dijo.
 
Desde que inició la regulación para la utilización de tecnologías móviles dentro del sistema financiero mexicano en 2006, el proceso de bancarización ha mostrado avances. En ese año, se hablaba que alrededor de 60% de los mexicanos no tenía acceso a servicios financieros. Hoy en día, el porcentaje se ha reducido a 40%.
 
"Estamos viendo un gran desarrollo en el uso de la tecnología entre personas que ya tienen una cuenta y la utilizan como un complemento de ésta, pero para que realmente hablemos de inclusión financiera, debemos llegar a las personas que ni siquiera tienen una cuenta. Este es un gran reto tanto para el gobierno como para la iniciativa privada", recalcó de la Rosa.
 
 Accesibilidad
 
Actualmente, el marco regulatorio se ha adaptado para simplificar y hacer más accesible el sistema financiero para el grueso de la población, permitiendo la apertura de cuentas de ahorro simplificadas que no requieren un trámite complejo ni que la persona vaya a una sucursal, ya que la puede abrir a través de una llamada telefónica o del dispositivo móvil vía Internet.
 
Además, los programas gubernamentales se están otorgando a través de tarjeta, y las autoridades están trabajando de cerca con las entidades de ahorro y crédito popular para que éstas sigan impulsando los beneficios del sistema en las poblaciones rurales o semiurbanas.
 
Con éstas, la CNBV está desarrollando dos programas que se encuentran en fase piloto para que a través de tecnologías móviles, las personas puedan realizar transferencias, envío y recepción de remesas, pago de servicios y obtención de créditos.
 
Otra vertiente que están impulsando ampliamente las autoridades son los sistemas de pagos móviles, de los cuales ya están funcionando tres con buenos resultados: Transfer, de Banamex e Inbursa; Mi Fon, de Banorte, y Mi Cuenta Express, de BBVA Bancomer.
 
 
 

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