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Los riesgos y beneficios de la nueva industria de la mariguana


 

 
 
Por Emma Jacobs
 
 
Hace tres años Brendan Kennedy sentó a sus padres para hablarles de su cambio de carrera. Después de gastar casi medio millón de dólares en su educación (título de arquitecto en Berkeley, una maestría en ingeniería de la Universidad de Washington y un MBA de la Escuela de Administración de Yale), su madre y su padre –ambos en sus ochentas– quedaron atónitos ante su decisión de renunciar a su bien remunerado trabajo proporcionando valoraciones de empresas tecnológicas en Silicon Valley para establecer una sociedad de capital de riesgo que invierte en la industria del cannabis.
 
 
A pesar de vivir en San Francisco, los padres del Sr. Kennedy quedaron fuera de la era "hippy". Estaban demasiado ocupados criando a sus siete hijos y trabajando (su padre era un profesor de ciencias, su madre una consejera de relaciones). No podían ver por qué su hijo se sentía tan atraído hacia una industria que en ese entonces era básicamente ilegal.
 
 
Sin embargo, el Sr. Kennedy estaba convencido. Después de pasar años en Silicon Valley, investigando y analizando el valor financiero de industrias nacientes, sintió que el negocio legítimo del cannabis, al igual que el de los autos eléctricos y las empresas de medios sociales que él había visto en sus etapas embrionarias ("era como tener una bola de cristal para ver en el futuro"), también resultaría rentable y en última instancia, tendría un atractivo general.
 
 

Después de discutir su idea con dos compañeros (uno de ellos de la escuela primaria y otro de Yale), quienes eventualmente se convirtieron en sus socios de negocios, decidió comenzar a estudiar la idea de crear una sociedad de capital de riesgo para invertir en negocios legales de cannabis, tanto médicos como recreacionales, mientras todavía trabajaba en SVB Analytics.
 
 

El Sr. Kennedy, de 41 años de edad, pasó mucho tiempo averiguando el estatus jurídico, dado que la ley federal establece que la posesión, fabricación y venta es ilegal pero los estados varían en su enfoque.
 
 
Más de tres años después, el residente de Seattle, cuya compañía Privateer Holdings ha recaudado siete millones de dólares en inversiones y espera recaudar hasta 50 millones de dólares más este año, cree que sus ideas han sido reivindicadas. El cannabis salió a la venta en las tiendas en Colorado a principios de este año, mientras que se espera que el estado de Washington permitirá su venta a finales de este año después de un referendo para legalizar el uso y la posesión del cannabis por personas mayores de 21 años. Los dos estados se encuentran entre los 20 que han aprobado la mariguana para uso médico. Se prevé que el mercado legal en EU alcance los dos mil 300 millones este año, de acuerdo con ArcView Group, una red de inversores interesados en el negocio del cannabis. Se calcula que el mercado tendrá un valor de 10 mil 200 millones de dólares para 2018.
 
 

Al principio, fue difícil conseguir inversiones. Todos los fundadores tenían experiencia en la banca, así que recurrieron a sus redes y encontraron que la mejor manera de conocer a potenciales inversores era a través de "presentaciones a ciegas", es decir que a la gente a la que conocieron sólo se le dijo que iban a encontrar la oportunidad de negocio interesante, sin decirles lo que era. "Sorprendimos a algunas personas, pero nadie nos echó," dice el Sr. Kennedy. Los inversionistas interesados optaron en general por esperar hasta saber si se pasarían las iniciativas de legalización en Washington y Colorado. "Una vez que esas iniciativas fueron aprobadas en noviembre de 2012, fue mucho más fácil, los inversionistas empezaron a venir a nosotros."
 
 
Hasta el momento, Privateer ha comprado tres empresas: Leafly, un sitio en línea que otorga calificaciones a dispensarios y variedades de mariguana; Lafitte Ventures, una operación de cultivo de mariguana médica canadiense; y Arbormain, empresa que arrendará espacio de almacenamiento para las empresas legales de cannabis.
 
 
El Sr. Kennedy contrató recientemente a un antiguo agente de regulación de drogas para trabajar en el área del cumplimiento de la ley. "Es un laberinto incluso para las personas que conocen la ley," dice. Los bancos han sido cautelosos acerca de cómo involucrarse con las empresas, por temor a que podrían ser acusados de delincuencia organizada o de lavado de dinero.
 
 
Jeffrey Miron, profesor titular del departamento de Economía de la Universidad de Harvard y autor de "Los crímenes de guerra de la droga: Las consecuencias de la prohibición", cree que muchas empresas se resisten porque las leyes vigentes en estos estados tienen restricciones y no se sabe "cuánto tiempo más lo tolerará el gobierno federal". Y añade: "Un nuevo presidente, a sólo tres años de distancia, puede imponer de nuevo la intervención federal. Así que las empresas racionales aún desconfían de la legalización porque no es una legalización del todo real" .
 
 
A pesar de que el Sr. Kennedy se preocupa por la rentabilidad de la inversión, también está en ese negocio porque cree firmemente en la legalización. "El daño causado por las leyes contra las drogas es peor que la droga en sí. La guerra contra las drogas conduce a altos niveles de encarcelamiento y la prohibición del cannabis perpetúa la discriminación racial en el país."
 

La "rentabilidad social", así como el "retorno de capital", dice, es lo que une a sus inversores, que van desde los "progresistas de izquierda hasta los libertarios derechistas, grupos que no concuerdan en nada, salvo en este tema". La mayoría prefiere permanecer en el anonimato. Sus inversores están "motivados", pero quizás, y más importante, tienen paciencia.
 
 

Kris Kane, director general de 4Front Advisers, que asesora a los minoristas de alta gama que ofrecen mariguana medicinal, dice que el riesgo inherente a la situación legal del cannabis significa que quienes ven esto como una inversión empresarial puramente racional probablemente se asustarán. Sin embargo, al igual que cualquier negocio de alto riesgo, las recompensas podrían ser altas si uno es capaz de sentar las bases y convertirse en un líder del mercado.
 
 
El Sr. Kennedy dice que él y sus cofundadores se consideran como "agentes de cambio" y agrega: "Sabemos que la prohibición del cannabis llegará a su fin en el transcurso de nuestras vidas".
 
 
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