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Continúa la discriminación a parejas gay en el DF


 
 
Miriam de Regil / Rosalía Servín Magaña
 

Pese a que desde hace más de 3 años, los matrimonios entre personas del mismo sexo son legales en el Distrito Federal, este tipo de parejas todavía sufre discriminación en forma velada o por omisión.

Durante un recorrido realizado por EL FINANCIERO a algunos clubes deportivos y sociales de la capital, se pudo constatar que en algunos casos aún no hay acceso pleno a todos los derechos para las familias homoparentales, como lo establece la Constitución y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.

Por ejemplo, en el Club Francia, los matrimonios homosexuales no pueden obtener una membresía familiar, pues en el sistema informático del club está 'predeterminado el campo de hombre y mujer y éste no permite cambios', dijeron empleados del lugar a estas reporteras.

Al preguntar qué alternativas había para un matrimonio del mismo sexo con hijos, la opción que dicho club ofreció es que adquirieran una membresía individual y otra familiar. "Los menores pueden ser inscritos en esta última y uno de los integrantes de la pareja fungir como tutor", indicaron.

Quienes esto escriben señalaron que eso representaría para la pareja un desembolso de al menos 17,555 pesos más, que es el costo de una inscripción vitalicia individual --cantidad a la que hay que agregar otros 2,390 pesos anuales por concepto de mantenimiento-- los empleados simplemente levantaron los hombros.

En el Club Alemán, mientras tanto, una empleada del área de inscripciones informó a las reporteras que los matrimonios del mismo sexo son 'bienvenidos', sin embargo, dijo que este tipo de parejas están obligadas a respetar los reglamentos de la institución, que exigen 'recato y comportamiento adecuado', debido a que es un lugar '100 por ciento de convivencia familiar. Hay muchos niños y muchas familias que no están acostumbradas a estas cosas', argumentó.

Cuando se les pregunto si hacían la misma advertencia a los matrimonios heterosexuales, la trabajadora aseguró que "las reglas de buen comportamiento, son para todos los socios", y agregó que "no tienen muchas cosas de esas en el club (en clara alusión a los matrimonios homosexuales), pero habría qué preguntar".

Doble discurso

En 2006 el Distrito Federal marcó una nueva etapa para la comunidad lésbico, gay, transexual, travesti, transgénero e Intersexual (LGBTTTI), al concretar la Ley de Sociedades en Convivencia, la cual en 2010, con una serie de reformas, permitió la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Un año después, en 2011 también se publicó la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal, la cual obliga a impulsar, promover, gestionar y garantizar la eliminación de obstáculos que limiten a las personas el ejercicio del derecho humano a la igualdad y a la no discriminación, e impidan su pleno desarrollo, así como su efectiva participación en la vida civil, política, económica, cultural y social del DF.

Asimismo, ordena impulsar y fortalecer acciones para promover una cultura de sensibilización, de respeto y de no violencia, en contra de las personas, grupos y comunidades en situación de discriminación.

De acuerdo con Gabriel Gutiérrez García, coordinador de la agencia de Noticias sobre Diversidad Sexual (Anodis), las empresas privadas no se han puesto en tono con lo que marca la Constitución y no han querido vincular sus reglamentos con las nuevas legislaciones. Lo que tampoco ha derivado en llamadas de atención por parte de los gobiernos, en este caso del DF.

"Nos hemos creído el cuento de que con el matrimonio igualitario se resuelven las cosas, pero esto no ha sido el caso para cuestiones como la seguridad social, los establecimientos mercantiles, seguros de vida y otros casos como beneficios para cónyuges de líneas áreas o los propios centros deportivos", indicó.

Admitió que esto es un asunto en el que todos tienen que trabajar (comunidad, gobiernos, legisladores y sociedad en general), para hacer valer los derechos.

"Con estas diferencias que establecen las empresas privadas, sí se incurre en discriminación por omisión, pues estas compañías no han adecuado sus reglamentos a las nuevas realidades", sostuvo Gutiérrez.

"Definitivamente esto es una actitud discriminatoria", destacó, por su parte, Oscar de los Reyes, investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, para quien hasta simples palabras pueden resultar discriminatorias.

"Difícilmente puede existir, sobre todo en estos clubes sociales, todavía una asimilación y reconocimiento a la diversidad, porque gran parte de los que sostienen económicamente esos espacios no han logrado superar esos anclajes culturales que venimos arrastrando", dijo.

Además, resaltó que los propios calificativos de homosexual, gay y hasta heterosexual tienen mucho de discriminatorio y de descalificativo. "Las simples palabras también pueden atentar contra las dignidad de otros".

Subrayó que la discriminación en clubes deportivos o sociales no se sólo en relación con las parejas del mismo sexo, pues hay sitios que ni siquiera permiten inscribirse a parejas heterosexuales que no están casadas.

Para De los Reyes la sociedad mexicana sigue manejando un doble discurso, pues aunque por un lado dice abrirse a la diversidad, por el otro en realidad no la acepta.

"No se ha logrado asumir o asimilar la diversidad, la posibilidad de que existan estilos de vida distintos. Esto parte de un principio de no reconocernos los unos a los otros, de no saber que la presencia de los otros nos hace reafirmar nuestra diferencia", aseveró.

Quejas
 
De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), las quejas por discriminación relacionada con la diversidad sexual ocupan el primer lugar.

Esta tendencia viene desde 2010 a la fecha, comentó en entrevista Ilda Téllez Lino, directora general adjunta de quejas y reclamaciones del Conapred, quien explicó que para poder considerar un acto discriminatorio --para cualquier grupo de población--, lo que hacen es tomar como base lo que establece el artículo 1º Constitucional y el 4º de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.

Detalló que en cualquier queja recibida revisan tres elementos: que en la circunstancia que se narra se pueda distinguir una negación, obstaculización o restricción al ejercicio de un derecho; que esté relacionada con una condición inherente a la persona (en este caso la preferencia u orientación sexual) y que sí tenga un efecto para la negación al acceso a un derecho (trabajo, educación, salud, desarrollo, diversión y cualquier otro consagrado en la Constitución o tratados internacionales).

"Aunque el techo legal es suficientemente amplio para que puedan estar reconocidos los derechos, en este caso de las parejas homosexuales, lamentablemente en lo social aún hay una serie de resistencias y de negaciones al acceso de los servicios, por eso podemos encontrar establecimientos, donde por ejemplo, una pareja de mujeres lesbianas, no pueden tener una muestra de afecto como tomarse la mano o darse un beso, como lo podría hacer una pareja heterosexual, sin que nadie les diga nada", aseguró Téllez Lino.

Agregó que la sociedad mexicana vive en una negación a lo que es el otro, porque se siente amenazado y porque --como dicen los expertos-- quizá por allí se mueven algunas cosas internas.

"En términos generales nos falta avanzar mucho, celebro las reformas y las medidas progresistas porque eso ya constituye un avance en el reconocimiento del otro", y advirtió que hay un efecto negativo que se provoca con la discriminación y es que ésta genera que el excluido responda de la misma manera", sostuvo.


Apertura

Durante el recorrido realizado por este diario también se pudieron hallar lugares donde la diversidad sexual es bienvenida abiertamente.

Tal es el caso de los gimnasios Sport City y Sportium, cuyo personal resaltó que muchos de sus socios son integrantes de la comunidad lésbico-gay. "Incluso en nuestros salones hemos celebrado enlaces matrimoniales entre parejas del mismo sexo", comentó un trabajador de Sportium.

De igual manera en clubes como el Casablanca, los empleados consultados aseguraron no tener ningún inconveniente en aceptar parejas del mismo sexo.


Lo que dice la ley
 
Artículo 1º de la Constitución
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Artículo 4o de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación

Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, talla pequeña, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas. También se entenderá como discriminación la xenofobia y el antisemitismo en cualquiera de sus manifestaciones.
 

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