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Consumo de ‘comida chatarra’ será invariable al impuesto


 
 
Miguel A. Pallares
 
 

El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de 5 por ciento que se aplicará a los alimentos denominados "chatarra" será absorbido por los consumidores y tendrá un impacto mínimo en el consumo, pues estos productos están muy arraigados en los hábitos de compra de los mexicanos, dijeron expertos consultados.
 

De acuerdo con la redacción del dictamen aprobado la semana pasada por el pleno de la Cámara de Diputados, los productos gravados serán aquellos que tengan una densidad calórica de más de 275 calorías por cada 100 gramos sin importar el tamaño de la porción. Las categorías afectadas son botanas, confitería, chocolate, flanes, alimentos preparados a base de cereales, helados, nieves y paletas de hielo, entre otras.
 

Un ejercicio realizado por EL FINANCIERO expone que los aumentos de precios realizados a los productos oscilarán entre 20 centavos y 2 pesos. Los más afectados serán las papas Sabritas, Ruffles y Chetos de Pepsico, las sopas Maruchan, las paletas Magnum y el Cornetto de Holanda, así como las galletas Emperador y Chokis de Bimbo, entre otros.
 

"Los mexicanos somos gente de hábitos. Hemos hecho estudios de pobreza en los que vimos que incluso los consumidores de menores recursos hacen el esfuerzo para comprar una Coca-Cola y no una Big Cola (de menor precio)… entonces la gente no disminuye fácilmente sus hábitos de consumo por el aumento de precios", dijo Manuel Valencia, director del Bachelor International Business del Tecnológico de Monterrey.
 

Para Gustavo Terán, analista de Actinver, aunque todavía no hay estimados sobre la proporción del "golpe" que sufrirán las empresas por el impuesto, descartó que sea relevante, pues los mexicanos mantienen sus hábitos de compra, principalmente en productos de consumo masivo.
 

José María Flores, analista de Ve por Más, explicó que los números del sector revelan que la ingesta de refrescos en México no ha disminuido a pesar de los incrementos de precios y las campañas publicitarias en su contra por organizaciones civiles.
 

"Contrario a lo que se pudiera pensar, la tendencia en los últimos años ha sido creciente, a pesar de los esfuerzos del gobierno y las propias empresas por diversificarse. Los factores son culturales, ya que la población tiene mayor acceso a un refresco que al agua natural", expresó.
 

Recientemente, EL FINANCIERO publicó que en los últimos tres años los mexicanos incrementaron 12 por ciento su ingesta de bebidas carbonatadas, pese a que a partir de 2010 las normatividades para su venta comenzaron a endurecerse en el país.
 
 

Impacto a empresas
 
 
Marisol Huerta de Banorte-Ixe consideró que el impacto para las empresas aún no está claro, por lo que firmas como Bimbo deberán revisar su portafolio y diseñar estrategias para reducir al máximo las afectaciones.
 

Para Manuel Valencia del Tecnológico de Monterrey, siempre habrá diferentes formas para que las empresas atajen las alzas.
 
 
 
 
 

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