After Office

Warhol despliega el lado oscuro de la cultura pop

'Andy Warhol. Estrella Oscura', reúne por primera vez -a partir del próximo viernes en el Museo Jumex- más de un centenar de piezas de la primera década creativa del gran referente del pop art.

Aquel el 3 junio del 68, en la Factory, su estudio de Nueva York, Andy Warhol se encontró con su estrella oscura. La misma que se había dedicado a señalar como una contraparte natural de la fama en sus series serigráficas en las que retrataba celebridades.

Aunque no lograron matarlo las balas que le disparó, desquiciada, su amiga y actriz Valerie Solanas, el destello fatal lo alcanzó aquella tarde: su visión artística se quebró de algún modo, advierte el curador Douglas Fogle. Para él, Warhol se divide desde entonces en el experimental montaraz de su primera década y el astuto artista-empresario que surgió tras salir del quirófano con ese cuerpo transgredido y transformado que convirtió en obra, a través de una serie de fotografías, en 1969, antes de convertirse él mismo en una megacelebridad.

"La fama y la infamia siempre han ido de la mano", recalca Fogle. Y Warhol no escapó a esa fórmula, que da pie a la muestra más ambiciosa, en México, sobre el gran referente del pop art, ensamblada ex profeso por el curador estadounidense para el Museo Jumex.

Andy Warhol. Estrella Oscura reúne por primera vez -a partir del viernes- más de un centenar de piezas de aquella primera década creativa. "Difícilmente se podrán volver a ver juntas", destaca Fogel, quien advierte que hoy pocos museos pueden darse el lujo de adquirir una obra de este artista, cuyos precios se han elevado tanto que sólo lo compran coleccionistas multimillonarios.

"La obra que mostramos es de cuando simultáneamente pintaba figuras de Hollywood como Marilyn -quien se había suicidado- o Elizabeth Taylor -quien llenaba tabloides con escándalos-, y sus Desastres, sobre accidentes automovilísticos", explica. "La etimología en inglés de 'desastre' tiene que ver con una mala estrella, con la idea de que los astros controlan el destino, que para él era una parte ineludible de la industria mediática".

La exposición apunta también la fallida promesa utópica de la posguerra, cuyo síntoma se revela en la iconografía consumista y repetitiva del pop warholiano, advierte Fogle. "A mi parecer, Warhol hace una especie de arte historiográfico, porque documenta la cotidianidad, las imágenes de los productos que se cosumían en la vida diara de los 60".

Para Fogle, lo que se ve en esta exposición -que le tomó más de dos años integrar con obras de diversos museos y fundaciones- es la semilla del poder mediático en la construcción de iconos que se vive hoy, con la llegada de Trump a la presidencia estadounidense.

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