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Una guía para disfrutar los secretos de Mérida

Yucatán es un estado con bellezas arquitectónicas, culturales y arquitectónicas inigualables. No dudes en visitar la capital del estado, que sin duda te dejará sin aliento cuando pruebes su comida y aprecies sus edificios. 

Rodeada de cenotes, ciudades coloniales, ruinas arqueológicas y reservas ecológicas, la blanca Mérida es la ciudad perfecta para realizar un viaje de tres días por Yucatán.

La experiencia de vivir en una antigua casona empieza en el Hotel Presidente Intercontinental Villa Mercedes, ubicado en una construcción del siglo XIX, regalo de un general francés a su hija, Mercedes.

Cuando Grupo Presidente adquirió la casa hace nueve años, se hallaron en el sótano objetos, libros y fotografías de doña Mercedes, los cuales fueron restaurados y ahora son exhibidos para recordarla. La edificación mantiene el aire afrancesado de su construcción y los azulejos originales de la casa.

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Tiene un pequeño bar, El Consulado, donde don Gaspar presume su creación: margarita pibil, elaborada con un toque de achiote.
El hotel cuenta con 127 habitaciones (cuatro suites), alberca, gimnasio, ocho salones para eventos (el más grande con capacidad para 400 personas), y en el restaurante Frutas y Flores deguste clásicos de la cocina yucateca.

Villa Mercedes está ubicado muy cerca del centro, puede llegar caminando, pero si la temperatura supera los 40 grados, se recomienda ir en automóvil o por la tarde.

El centro histórico de Mérida tiene edificaciones que datan del siglo XVI, como la casa de Francisco de Montejo, quien fundó la ciudad en 1542 sobre la ciudad maya T'Hó. Algunos inmuebles fueron construidos con las mismas piedras de los templos destruidos; todavía se distinguen algunos relieves mayas.

Alrededor de la plaza de la Independencia se encuentra la Catedral de San Ildefonso, el Ateneo o el Palacio de Gobierno. En este último se encuentran murales con fragmentos del Popol Vuh y grandes óleos de los fundadores de la ciudad.

Al terminar el recorrido, pruebe una nieve o una champola (helado servido en una vaso de leche) de elote o guanábana en El Colón, la tradicional nevería inaugurada en 1907.

Al día siguiente vaya a la zona arqueológica de Mayapán, ciudad maya que tuvo su auge entre los años 1200 y 1450. Fue construida a semejanza de Chichen Itzá y es considerada una de las últimas capitales mayas.

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Desde la pirámide principal, el Castillo de Kukulkán, con más de 15 metros de altura, se obtiene una impresionante panorámica de este centro arqueológico y del observatorio, una de las pocas estructuras circulares en Mesoamérica.

Para refrescarse después de visitar Mayapán, contrate un tour con Maya Amazing Aventure, que ofrece paseos en bicicleta para llegar a los cenotes de Yaxcabaltun, Xbatib, Nozom o al rancho de los siete cenotes.

El tercer día vaya a la reserva de la biósfera Celestún, santuario de miles de flamencos rosados. La reserva ecológica se despliega en una superficie de 59 mil hectáreas, donde habitan más de 200 especies entre manglares y ojos de agua dulce. En algunos está permitido nadar, pero sin usar bloqueadores o repelentes.

Al finalizar el paseo en lancha, diríjase en auto a la playa, después de bañarse en el Golfo de México, coma en el restaurante La Palapa, con especialidades del mar con un toque yucateco, como los camarones con salsa chaya.

Aunque tres días no son suficientes para recorrer Mérida y sus alrededores, puede aprovechar el tiempo y llevarse de regreso una gran probadita de todo lo que brinda Yucatán.

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