After Office

Una cinta que abre la entraña de La Habana

"Conducta", cinta que aborda el trabajo infantil, ha conmovido a la isla tras ganar su máximo certamen cinematográfico, entre una larga lista de reconocimientos. La marginalidad se abre paso en la discusión interna de ese país, sostiene el director Ernesto Daranas.

Con una temática extraña en la cinematografía cubana, Conducta, cinta que aborda el trabajo infantil, ha conmovido a la isla tras ganar su máximo certamen cinematográfico, entre una larga lista de reconocimientos. La marginalidad se abre paso en la discusión interna de ese país, sostiene el director, Ernesto Daranas.

"Soy parte de esa realidad, pues vivo en las mismas calles en las que se desarrolla su historia. Por lo tanto, lo que estoy mostrando en la película es algo que conozco de primera mano", comenta el cineasta, cuya segunda obra, filmada con niños no actores de barrios populares de La Habana, está nominada para el Goya como Mejor Película Iberoamericana.

Este hombre comparte el optimismo general sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
"Es una gran noticia que abre la puerta a la esperanza de que el bloqueo llegue a su fin. Ése es un anhelo que comparten la mayoría de los cubanos que vivimos en Cuba con muchos de los que residen por todo el mundo. El bloqueo ha sido una herida abierta durante décadas, que ha causado un daño enorme en todos los sentidos; si es levantado, la economía y la sociedad tendrán que evolucionar a la par", afirma.

Para eso, añade, será necesario que muchas restricciones internas sean levantadas también.

Hace un año que Conducta se estrenó en Cuba y durante este tiempo se ha presentado en diversos festivales. La cinta narra la historia de Chala (Armando Valdés), un niño de once años que vive con su madre adicta, en un hogar disfuncional al que lleva algo de dinero y comida con lo que gana entrenando perros de pelea. Carmela (Alina Rodríguez), su maestra de sexto grado, se convierte en una verdadera educadora del niño, a quien defiende de la intolerancia en su escuela y ambos entablan un lazo fraternal.

"La ética y los valores se modelan en la infancia, por eso Conducta se refiere a la problemática de la niñez en los entornos marginales y a la enorme importancia que tiene en ese contexto la presencia de un honesto maestro", señala Daranas, quien repara en que el cine de su país se caracteriza por una fuerte vocación social.

Durante el último cuarto de siglo, cuenta, Cuba ha sufrido una sostenida crisis económica con graves consecuencias sociales, sobre todo para sus sectores más humildes. "Es cierto que aquí no es común el trabajo infantil y que todos los niños tienen derecho a educación y salud pública gratuitas, pero eso no evita que confrontemos los serios problemas que se impone abordar como parte de la función social del arte y del cine en particular".

Calificada en citas internacionales como "dura, crítica, sentimental, estremecedora y polémica", esta película ha participado en selecciones oficiales como el Festival Internacional de Cine de Toronto y el Festival de Cine de Bogotá.

Más que un elogio, advierte el director, es la necesaria referencia a ese tipo de educador que la mayoría de nosotros hemos tenido en algún momento de nuestras vidas. "Todos recordamos a algún maestro que nos ha marcado con su ejemplo", enfatiza.

Trayectoria acertiva
Nacido en La Habana en 1961, Ernesto Daranas es guionista y director de radio, televisión y cine, medio en el que debutó con Los dioses rotos en 2008, que estuvo nominada al Oscar en 2010 en la categoría de Película en Habla no Inglesa. Su documental Los últimos gaiteros de La Habana (2004), ganó el Premio Internacional de Periodismo Rey de España. Bluechacha, 2012, fue nominado al Latin Grammy como Mejor Video Musical de Larga Duración.

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