After Office

Un hotel con esencia a Sinatra

El dueño del hotel Wynn, en Las Vegas, rinde tributo al cantante, uno de sus mejores amigos. La ciudad se ha apropiado la fiesta por el 100 aniversario de Frank Sinatra con todo derecho.

Las Vegas se ha apropiado la fiesta por el 100 aniversario de Frank Sinatra con todo derecho; no sólo fue el cantante un emblema artístico de la Ciudad de pecado desde que comenzó a presentarse ahí en los años 50, también fue protagonista en los negocios del juego.

No fue fortuito que se eligiera el teatro Wynn, ubicado en el hotel del mismo nombre, para alojar el gran tributo que le brindaron el 2 de diciembre artistas como Lady Gaga, Tony Bennett Maroon 5 y Harry Conick Jr., a quien algunos han llamado el sucesor de La Voz. Por el contrario, el homenaje tiene su raíz en la estrecha amistad que Sinatra sostuvo con el hotelero y propietario de casinos Steve Wynn -reconocido por impulsar en los 90 el resurgimiento de la Strip-, con quien además trabajó tanto en Atlantic City como en Las Vegas.

Fue en diciembre de 1965 que el empresario vio por primera vez al Rat Pack. Actuaban en el Sands -recuerda en una entrevista recuperada en el número de otoño de la revista del Hotel Wynn-, del cual Frank era uno de los dueños. De inmediato quedó cautivado por la prestancia de Sammy Davis Jr., Dean Martin, Joey Bishop, Peter Lawford y, por supuesto, la estrella. "Quincy Jones dirigía a la orquesta de Count Basie. ¡Le chupaban el aire al universo! Sólo pude pensar: 'Quiero quedarme en Las Vegas, quiero estar cerca de esto'".

1

Pero fue hasta principios de los 80 que el entonces dueño del Golden Nugget de Atlantic City se acercó al artista, quien se estaba presentando en el Resorts International de aquella ciudad. Le propuso un trato: que fueran anfitriones en exclusivas fiestas y grabaran juntos una serie de comerciales para su hotel. El cantante aceptó, bajo la condición de que Wynn lo recogiera siempre en Palm Springs, en su jet, y lo llevara de regreso. En señal de confianza, le ofreció al magnate trabajar dos semanas sin sueldo ni contrato, por si el negocio fracasaba, en cuyo caso haría algunos shows gratis para que Wynn se repusiera. Y no sólo eso, también aceptó cantar en la primera de aquellas fiestas, en una fecha en la que nunca se presentaba: el día de su cumpleaños. Aquella amistad, que duró hasta la muerte del cantante, quedaría asentada el 12 de diciembre de 1981.

EL LUGAR DE MODA
El Wynn es el hotel casino más in del momento. Con 5 diamantes/4 estrellas de la AAA, no es raro encontrarse artistas y socialités en alguno de sus 14 restaurantes de lujo, en el XS -el antro más en boga- o en la inmensidad del casino, de 10 mil 200 metros cuadrados, que conecta este hotel, inaugurado en 2005, con su hermano, el Encore, que abrió tres años después.

Ambas torres comparten una fachada de vidrio polarizado, cuyo tono dorado refiere a la opulencia de su interior, con un brillo que se ve desde el espacio. Cada una de las 7 mil 466 habitaciones del resort ofrecen panorámicas que dominan desde lo alto la ciudad. Su diseño hace tanto de las estancias como de los trayectos experiencias únicas, en las que, siendo Steve Wynn un conocido coleccionista, el arte está presente, en instalaciones como un carrusel hecho con 110 mil flores naturales o la escultura en vidrio Tulips, de Jeff Koons, que sustituye al Popeye del mismo autor, que el hotelero adquirió por 28.2 millones de dólares.

COMO A FRANK LE GUSTABA
El rojo, color del juego y la pasión, domina las áreas comunes y los pasillos conducentes al Spa, las piscinas, la cancha de golf o el área de shopping, en donde se despliegan tiendas exclusivas desde Chanel hasta Ferrari, así como la zona de apuestas, que nunca duerme, y los restaurantes, que son uno de los principales atractivos. Mención especial merece uno de ellos, emblemático del Encore: el Sinatra, cuya cocina clásica se remonta a la era dorada del Rat Pack, pero también incluye algunos giros a sus platillos favoritos. Es el único de la ciudad avalado por la familia del cantante.

El chef Theo Schoenegger, quien cocinaba para el músico en el San Domenico de Nueva York, ha creado para estas fechas un menú acorde a su gusto, en el que destacan las almejas Posilipo, al ajo; un plato inspirado en una receta que con frecuencia pedía en el Patsy de la Gran Manzana. Una oportunidad única para saborear un pedazo de las épocas del Chairman.

Ubicación:
Las Vegas Boulevard South 89 109, en la Strip. A menos de 8 kilómetros del aeropuerto McCarran.

Kilómetros premier: Es posible vivir la experiencia del Wynn/Encore a través de Club Premier.

También lee: