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Tigres deja ir la Copa Libertadores; River Plate es campeón

El equipo argentino derrotó 3-0 al cuadro felino en El Monumental de Buenos Aires y se coronó campeón de la Copa Libertadores 2015 tras 19 años de sequía en este torneo. 

Un descuido al final del primer tiempo, un penal y una desorganizada defensa fueron los motivos por los que esta noche Tigres dejó ir la Copa Libertadores 2015. River Plate se coronó campeón del torneo en medio de una fiesta de colores y mucho canto. 

Los goles del equipo argentino cayeron por cuenta de Lucas Alario (44'), Carlos Sánchez (74', de penal) y Funes Mori (79'). Tres goles a cero ganó River. 

Más de 70 mil aficionados celebraron en el Monumental de Buenos Aires la victoria de su club, el cual no ganaba la Libertadores desde 1996, cuando vencieron al América de Cali con una escuadra que incluía figuras como Sebastián Abreu y Hernán Crespo. 

El duelo estuvo lleno de entradas fuertes por parte de ambos equipos. Tigres metió duro la pierna, sobre todo durante la primera mitad. River respondió de la misma forma. Como buen futbol sudamericano, el de hoy fue un encuentro aguerrido; los jugadores pelearon el balón milímetro a milímetro de la cancha. 

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Al pitazo final, los jugadores felinos se desmoronaron. Un 3-0 les deja un agrio sabor de boca. Nunca antes Tigres había llegado tan lejos en la Copa Libertadores. La cara del entrenador Ricardo Ferreti lo decía todo: serio, enojado, a veces inexpresivo.

Durante los primeros minutos del primer tiempo, el club regiomontano dominó el juego. Llegó con frecuencia al área rival pero le faltó contundencia. Jürgen Damm falló varias. Por momentos parecía que Tigres anotaría el primero. Pero no. Poco a poco se perdió la concentración, el esquema. Al minuto 44 cayó el primero para los de River. La zaga amarilla dejó solo a Lucas Alario y éste cabeceó la pelota hasta las redes.

En el segundo tiempo el control de River fue evidente. Desorganizados, los felinos abrieron espacios al rival. Hubo momentos en que Tigres atacó con constancia, pero fue insuficiente. Era cuestión de tiempo para otro gol. Así sucedió al 74, cuando el árbitro Darío Ubríaco marcó penal a favor del cuadro local. Carlos Sánchez no perdonó.

El marcador estaba 2-0. En las gradas todo era fiesta, jolgorio. Algunos hinchas lloraban. Tenía 19 años que River no ganaba una Libertadores. De pronto, cayó otro gol al minuto 79. Ahora fue Funes Mori quien tomó desprevenida a una defensa regiomontana que venía para menos.

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Los 10 minutos restantes del partido fueron puro trámite. River Plate se sabía ganador. Desde el banquillo, El Tuca ya no daba órdenes; sólo miraba. Los regiomontanos lucharon hasta el final. El error fue no hacerle daño a los argentinos en Monterrey.

Es así como a Tigres se le escapa de las manos la Libertadores, esa copa que, como maldición, se niega a estar en las vitrinas de los clubes mexicanos.

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