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The Comrade, ambiente acogedor e íntimo

Detalles como un techo a 10 metros de altura que es removible para que los comensales disfruten de un día cálido o una noche estrellada, es el concepto de este restaurante que abrió hace apenas unas semanas y ya cuenta con una asidua clientela. Está ubicado en la calle de Emilio Castelar, en Polanco.

No hay en la ciudad otro restaurante como éste. Detalles como un techo a 10 metros de altura que es removible para que los comensales disfruten de un día cálido o una noche estrellada, una terraza que, a diferencia de espacios abiertos en la zona, no está a la vista de la calle; cocina de la que podrá degustar delicias como tacos de rib eye con foie gras y tártara de atún, lounge al aire libre y un bar de original decoración que permite una convivencia relajada distingue a The Comrade, un concepto que abrió hace apenas unas semanas y ya cuenta con una asidua clientela.

Ubicado en Emilio Castelar, en Polanco, es el primer proyecto de un grupo de profesionales de entre 25 y 31 años que empiezan a experimentar con los restaurantes. El diseño del lugar, así como sus servicios, fue creado con la idea de brindar un sitio para reunirse con la comodidad y el gusto de los encuentros entre amigos, explica Adolfo Medina, uno de los seis socios que lo operan, aunque el grupo de inversionistas es de más de 20 personas.

"Nos juntamos amigos de toda la vida para abrir un lugar donde se combinaran la buena comida y los drinks", cuenta Adolfo. El concepto reúne las mejores experiencias que los socios han vivido en viajes, por lo tanto, la cocina es internacional, "pero con onda". "Es comida tipo bistro, no servimos platillos muy rimbombantes, sino platos que puedan pedir en una sobremesa; en el bar, nuestra carta ofrece opciones fáciles de consumir en la comida y la cena".

En cuanto al bar, es un espacio que propicia el movimiento, la interacción entre quienes disfrutan de la coctelería (una de las especialidades de la casa, con 25 mezclas creadas por el mixólogo y viajero Germán Ortega). "Tenemos unas mesas que no son comunes, sino una especie de barra para que la gente pueda estar parada o sentada".

Los empresarios tuvieron suerte de encontrar el sitio ideal donde abrir su restaurante. "Que tuviera una arquitectura bonita, buena ubicación, algo diferente, no el típico lugar de Polanco donde te ve todo el mundo, sino un poco más secreto y a eso integramos nuestro gusto. Queríamos algo industrial con arquitectura un poco ruda, pero combinada con la casa ésta, que es muy bonita, que tiene un vitral precioso, mucho espacio y áreas verdes".

Los creadores de The Comrade pusieron especial cuidado en que cada ambiente tenga su propio distintivo. "La terraza es un lugar extremadamente a gusto, porque es un espacio abierto, para echarte una comida larga, a lo mejor en grupos grandes. El restaurante, para una cena más romántica, un poquito más elegante quizá, aunque es el mismo espacio, pero más privado, y la planta baja es para venir a tomar un trago y estar con tus amigos. La gente se impacta con el lugar y cuando ve el ambiente pues es todavía mejor, es una experiencia que va de menos a más".

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