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Tardan, la tienda de sombreros con más de un siglo de historia

El local vio la luz en 1847, en Plaza de la Constitución 7. Es atendida por Luc Tardan, bisnieto del fundador. Todos los gobernantes de México del siglo pasado, desde Porfirio Díaz, los líderes revolucionarios, hasta Carlos Salinas de Gortari, visitaron el lugar.

Una hora en la histórica tienda Tardan es suficiente para observar la diversidad de personas que van en busca de un sombrero y comprobar que este accesorio está de regreso.

Todos los gobernantes de México del siglo pasado, desde Porfirio Díaz, los líderes revolucionarios, hasta Carlos Salinas de Gortari, visitaron el local abierto en 1847, en Plaza de la Constitución 7, donde ahora se puede ver a un joven "metalero" que pregunta por un sombrero tipo Indiana Jones; a una adolescente que se prueba una boina española, o a un ejecutivo en vías de comprar un sombrero Olímpico de lana y seda, parecido al de Don Draper de la serie televisiva ambientada en los 50, "Mad Men".

Aunque la mayoría de los clientes siguen siendo las personas mayores de 40 años, según platica Luc Tardan, bisnieto del fundador Carlos Tardan, hay un nuevo auge entre los jóvenes.

"Modas vienen y van. El uso del sombrero decae a nivel mundial a finales de los años 60 con el cambio de moda y la llegada de los hippies; prácticamente fue hasta 2010 que comenzó a repuntar", dice quien es dueño de la tienda desde 2001.

"En parte es gracias a que las grandes marcas, como Christian Dior, le están dando un refresh a la moda del pasado, sacando archivos de 1950 o de 1940".

Luc Tardan, ingeniero agrónomo antes dedicado al cultivo y exportación de flores, no tuvo mucho contacto con la empresa; pero fue a partir del fallecimiento de su padre que se hizo cargo del negocio. Desde que tomó la dirección, realizó cambios estructurales tanto en la línea de producto (introdujo nuevos modelos y telas), como en la administración, y hace cinco años, cambió radicalmente la tienda, la cual dejó de tener ese aire de los años 60, con los sombreros amontonados, y se convirtió en una amplia boutique con grandes vitrinas para lucir los productos.

Hace dos años inició el servicio de cafetería, y próximamente habrá otra remodelación para darle un look más vintage. "Tardan se ha mantenido en el mercado por más de 100 años, a pesar de los sucesos políticos, las crisis económicas y familiares -hubo una división en la empresa en los años 70-, gracias a que siempre utilizamos productos de calidad, lana, seda, fieltros, pelo de conejo fino traído de Francia, y nos relacionamos con proveedores de primer nivel", asegura el empresario.

Por esa razón, el precio de los sombreros va de los 500 pesos a los 5 mil, como el modelo Montana de piel de liebre y castor.

Más de un siglo de historia
La tienda, en un principio llamada Sombrero Colorado, fue abierta en 1847 en el antiguo Portal de los Mercaderes, ahora Plaza de la Constitución. En 1870 fue traspasada a un empresario francés de apellido Dallet.

"Abre justo después de la guerra con los americanos, México pierde el territorio del norte, y hubo muchos cambios en el comercio, las clases sociales altas vestían prendas de lujo importadas", explica Tardan.

Carlos Tardan, un joven francés, llegó a la Ciudad de México en 1880 y comenzó a trabajar de mesero en un café del Centro, donde conoció a Dallet y se involucró, junto con sus hermanos, Augusto y Víctor, en el negocio de los sombreros. Adquirieron la tienda en 1899.

"La marca se registra en 1901, Carlos trae a México su gusto por las prendas europeas -a Porfirio Díaz le gustaba todo lo que era francés, sólo utilizaba Tardan-. Carlos investiga el comercio, monta una fábrica e importa sombreros de Francia. En aquella época era una prenda obligada, como ahora el saco", asegura.

La época del Porfiriato fue una de las más prósperas para la tienda y aunque el sombrero está de regreso, todavía no se ven muchas personas en la calle utilizando este accesorio, salvo en áreas como las colonias Roma y Condesa, donde modelos como el clásico de principios de siglo XX, Fedora, han sido adoptados por los hipsters. Graciela García, encargada de la tienda, cuenta que entre los diseños que más piden los clientes, además del Fedora, son el Panamá –curiosamente elaborado por tejedores de Ecuador- y el bombín, puesto de moda por Joaquín Sabina.

"Anualmente se registran más ventas, a excepción del año pasado que fue bastante mediocre (se vendieron más de 33 mil sombreros), pero en los últimos cinco años la tendencia es a la alza", asegura con optimismo Luc Tardan.

"Este año no empezó mal y va a seguir subiendo porque es el único accesorio que tiene ventajas como consumidor, te protege del sol o de la lluvia, y el look de la persona cambia", señala

Con esta diversificación de mercado, tal vez el famoso slogan que se escuchó a principios del siglo XX en la XEW que decía "de Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardan", podría cambiar en los próximos años a "del empresario al hipster, usan sombreros Tardan".

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