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Tanguismos: a través de la fusión, el género se reinventa

El tango ya no es tan cercano al pueblo como en sus inicios. Hoy el género es renovado a manos de una generación de músicos dispuesta a transformarlo a través de mezclas y nuevos códigos estéticos.

El tango ya no es uno. Ni es tan cercano al pueblo como en sus inicios. Hoy el género es revitalizado a manos de una generación de músicos dispuesta a transformarlo a través de mezclas y nuevos códigos estéticos, un movimiento que comenzó con el siglo y que continúa abriendo oídos y públicos ávidos de fusiones rompedoras.

"El tango nuevo es como un rompecabezas en proceso de armarse. Estamos en el camino de la evolución. Sin embargo, a diferencia de la época de oro, con artistas como Homero Manzi, Julio de Caro y Osvaldo Pugliese, en 2014 el tango se ha convertido en un sonido para la élite", reconoce Agustín Guerrero (Argentina, 1988), líder de la Orquesta Típica Agustín Guerrero (OTAG).

Eso no sucedía en las décadas de 1930 y 1940, cuando esta música era el himno popular del Río de la Plata, con su lunfardo, la jerga porteña. "En los 30, Gardel consolida al tango como una canción y lo internacionaliza: lo lleva a París, a Nueva York… Era el rey, un rockstar", afirma el pianista. La década del 40 fue la etapa prolífica para las orquestas, como la de Aníbal Troilo. "Todo mundo bailaba tango en las calles de Buenos Aires, era una locura", cuenta Guerrero.

Hoy ya no hay rockstars. Eso sí, la oferta del tango acústico del siglo XXI, o del tango nuevo –que no nuevo tango, como le se llamó al movimiento piazzoliano– es muy amplia. Prueba de ello son exponentes como la Orquesta Típica Fernández Fierro, la Orquesta Arquetípica de Ramiro Gallo y el Sexteto de Sonia Possetti, o grupos más abiertos como 34 Puñaladas (voz y guitarra) o Pampa Trash (tango rock).

Una de las mezclas más eclécticas –y por tanto más criticadas, incluso por sus contemporáneos– es la que propone Bajofondo, agrupación argentina-uruguaya fundada hace 12 años por los productores Gustavo Santaolalla y Juan Campodónico. Una mezcla inspirada en el viejo arte de la canción rioplatense que surgió a finales del XIX.

"Gustavo y yo hemos investigado el género de forma muy detallada. Recurrimos a discos de tango antiguo y descubrimos una mina de oro. Quisimos retomar este sonido tradicional que fue olvidado por las generaciones anteriores, como la de Spinetta, Charly García y Fito Páez, quienes se inclinaron más hacia el rock en los años 70". El rock, y no el tango, fue la música que protestó contra la dictadura de Videla.

Fue justo de 1970 a 1980 cuando el tango popular entró en una fase de recesión y olvido. Pero en ese periodo existió un músico que logró resistir a las crisis: Astor Piazzolla. "Él fue el primero que logró verdaderamente crear una música contemporánea de Buenos Aires", afirma el mexicano-argentino Raúl Vizzi, bandoneonista del quinteto Entretango y miembro de la Orquesta Mexicana de Tango.

Piazzolla fue el gran revolucionario, pues a partir de los 50 refinó y llevó el género de los salones de baile a las salas de concierto. "Creó un concepto de música de cámara y estudió mucho al respecto para construir ese puente". Para Campodónico, Piazzola fue el símbolo del progreso del tango y la resistencia cultural. Tras su muerte, en 1992, surgió una nueva ola de compositores que comenzaron a formar, como en los viejos tiempos, orquestas y ensambles. "Lo más importante es que estos músicos hoy están creando lenguajes estéticos propios, totalmente apartados de los covers o el mainstream", apunta Vizzi.

Así en la última década surgieron en Argentina muchos festivales de tango autogestionados por los mismos artistas, afirma Guerrero. El primero de estos encuentros fue el Festival de Tango Independiente, organizado por la Unión de Orquestas Típicas (UOT) y Fractura Expuesta Radio Tango.

Componer tango nuevo no es sencillo, ya que se deben respetar las bases musicales del género, sobre todo en cuestión de arreglos y acompañamientos, coinciden los entrevistados. Por eso hay quienes critican a Bajofondo, una banda a la que Guerrero define como "un producto mercantil vacío de contenido". Menos tajante, el bandoneonista Vizzi considera que "sería muy radical" determinar qué es y qué no es tango, pues se trata de un género que cambia constantemente a la par de la ciudad. "En términos de difusión creo que es bueno, porque utilizar el beat de la música electrónica hace al tengo más accesible a las masas. Lo del electrotango es un tema que seguirá en debate mientras existan bandas como Tanghetto o Gotan Project". Ambas comenzaron a popularizar la fusión de música electrónica con arreglos a inicios del 2000.

El tango se continúa reinventando porque, dice Guerrero, "es una de las banderas más importantes que tiene América Latina como resistencia cultural".

En ese sentido, va a la zaga de una construcción más profunda, considera Campodónico: "Hay que preguntarnos cómo podemos hacer más sofisticada e interesante la música latinoamericana. En la historia del continente hay muchos ejemplos de gente que ha querido innovar, como Astor Piazzolla o Eduardo Rovira, un genio olvidado. Pertenecemos a una generación que busca una identidad musical".

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