After Office

Solé fue sol, fue

Uno de los dramaturgos más importantes del país José Solé falleció y el escenario teatral se queda sin una de sus principales figuras.

El teatro mexicano se va quedando sin argumento. Ha muerto un hombre real, lleno de sí; sin máscara, completo. José Solé, el amo de la osadía, de lo que aparenta y lo que es. Porque la apariencia nunca llegará al yo, a la doble cara. La comedia y la desgracia, gestos de lo cotidiano; el teatro, lo que somos. La vida se va entre los dados del azar, ese pronóstico. No. Lo irreal, el drama, lo que aparenta ser real de tan real. Y no lo es, no lo será.

Solé fue formador de fantasmas; ejemplo de lo imposible. Y en ese trajín de párpados sin ojos se formó el andamio del telón y el apuntador: ya no hay letra, ninguna, sin complejos dramáticos desde Grecia. El país más teatral se rinde ante el dramaturgo del ahora silencio, el mutis; todo es ruido. No hay manera de conocer la tragedia hasta que sucede y hoy, a la media quincena de la noche del febrero mustio, Hamlet es la prematura respuesta de la falsa pregunta: el gesticulador no es, ni será ni fue…se añoró en la sombra y las sombras que Solé manifestó en esa noche en la que nunca, nunca estuvo…el silencio del escenario que ya, ya nada esconde en las tablas del indecoroso precursor de Antígona y sus… amores.

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