Los actos de violencia, en su mayoría, se originan de un verdadero deseo de hacer el bien o lo que cada persona percibe como lo correcto, este precepto ha sido bautizado en la UCLA como el "Síndrome de Breaking Bad", en referencia a la serie de televisión estadounidense.
En ella, el profesor de química Walter White -protagonista de la serie- decide dedicarse a la producción clandestina de drogas después de que le diagnostican cáncer.
White cree que involucrarse en el violento mundo del narcotráfico -en el que se ve obligado a matar- es la única salida que tiene para poder pagarse el tratamiento de su enfermedad y asegurar el futuro económico de su familia en caso de fallecer, anteponiendo el bienestar de los suyos a las leyes.
Este fenómeno es detallado en el libro "Virtuous Violence", de Alan Page Fiske y Tage Shakti Rai, quienes analizaron cientos de estudios sobre la violencia realizados en todo el mundo, que incluían entrevistas con miles de criminales violentos, de acuerdo a un artículo de la BBC.
Como resultado de dicha investigación, señalan que cuando una persona ataca a otra lo puede hacer motivado por la voluntad de que ese individuo pague por alguna maldad que ha cometido, real o percibida.
También se puede querer enseñar una lección, inculcar obediencia o modificar una relación que el que lleva a cabo ese acto de violencia cree no se puede cambiar de otra manera.
Los investigadores hacen hincapié en que con su estudio no pretenden justificar a los que comenten actos de violencia, sino simplemente clarificar cuáles son sus motivaciones.