Eddie Palmieri lo ha dicho: la salsa murió, pero nos queda el latin jazz. Un género en el que se siguen explorando las posibilidades de instrumentación y composición, como lo demuestra el sonido del Septeto Internacional de Michael Fleiner, integrado por músicos de Europa y América Latina que se conocieron en Suiza.
Fleiner es un pianista suizo de formación clásica que en sus años de estudio fue de intercambio cuatro años a Colombia. Descubrir la salsa en vivo le cambió la vida a este admirador de Bach, Rebeca Mauleón, Eddie Palmieri y Chucho Valdés.
Así reunió a Juan Munguía, trompetista cubano que formó parte del grupo Irakere; Eduardo Dudú Penz, bajista brasileño; el saxofonista español Manuel Lolo García; el conguero suizo Stéphane Jorge El Niño; Daniel Bagutti, baterista italiano, y el trombonista Bernhard Bamert, que bajo la dirección del pianista suizo, integran esta potente agrupación. Son músicos que han tocado con Celia Cruz, Gonzalo Rubalcaba, Pablo Milanés, Dizzy Gillespie, Paquito D'Rivera, Joe Henderson o Danilo Pérez.
"Estudio mucho las obras de Bach, su contrapunto es algo que estoy aplicando a mi música; a los artistas del latin jazz los escucho para tratar de hacer mi propio camino, como el título del disco anterior, Tumbando lo habitual", explica el director del septeto que hoy ofrecerá un concierto para presentar su álbum Cómo me gusta el 7, en el Estudio A del IMER, que será transmitido en vivo por el 107.9 de FM, Horizonte, a las 16:00 horas.
Este laboratorio experimental inició hace 10 años y ha tenido varios cambios en su alineación, ya sea por compromisos con otros artistas o porque el director quería cambiar la sonoridad. Actualmente son tres metales y cuatro en la sección rítmica, que interpretan las composiciones de Fleiner, conocido como El matemático del latin jazz.
Lo de la matemática tiene que ver con su fascinación por los números -en particular el 7- y por su forma de componer en 7/4, algo poco frecuente en el jazz latino e incluso en la salsa. Técnicamente, él las llama amalgamas y al oído resultan avasallantes. El tipo de ritmo que no deja quieto a nadie.
"Mi forma de componer la puedo explicar con un tema: de uno a ocho. La melodía empieza con una nota, después un silencio, dos notas, dos silencios, tres notas tres silencios, así hasta ocho, ese es el ritmo y lo utilizo varias veces en esa composición. Son números y sucesiones que utilizo de matemática básica", dice.
La formación de septeto es para el compositor -nacido un día 7, en 1970-, el número perfecto. "Me parece ideal, no es demasiado grande ni pequeño, y está equilibrado entre la rítmica y los instrumentos melódicos. Somos siete golpes por compás", remata.
El Septeto Internacional actuará además el 28 de julio en el Festival de Jazz de Hidalgo, y el 29 en el Teatro Pedro Díaz, de Córdoba, Veracruz, presentando su álbum grabado en vivo, disponible en formato físico y digital.