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Sally Hawkins: la nueva musa de Del Toro

La actriz británica no destaca por su belleza, sino por su vitalidad y fuerza; así da continuidad al rango de personajes de los 'Angry Young Men' del cine 'Post-Beatles'.

En la fiesta de los Globos de Oro de 2014, Guillermo del Toro, borracho, se cruzó con ella en un pasillo. En lugar de saludarla, la alzó en brazos y le preguntó si haría su próxima película: "es sobre un hombre pez y te enamoras". Sally Hawkins no necesitó mayor información para darle el sí.

Esa película era La forma del agua, que a punto de estrenarse en México -el 12 de enero próximo- ha logrado varios premios y está nominada a siete Globos de Oro -cuya ceremonia 75 tendrá lugar este domingo-, entre ellas la de Mejor director y mejor actriz principal.

Del Toro escribió el guión especialmente para Hawkins. Una actriz límite, como define el crítico Jorge Ayala Blanco a la británica que el año pasado interpretó a la pintora Maud Lewis en Maudie, de la realizadora irlandesa Aisling Walsh, y a la señora Robinson en la comedia Paddington 2, de Paul King.


"Es extrema, siempre está al borde de la alucinación, al mismo tiempo que parece un personaje muy cotidiano. Casi en el límite de la ruptura entre la realidad y la irrealidad, la normalidad y la anormalidad", dice Ayala Blanco.

El cineasta mexicano la eligió como protagonista de su fábula del amor entre dos seres opuestos -una sueña con agua y el otro vive en el agua-, cuya relación surge en un laboratorio secreto del gobierno de Estados Unidos, a principios de la década de 1960.

La actriz interpreta a una heroína enamorada de una criatura fantástica, un ser al cual le tomó más de tres años tomar vida en la pantalla; no se trata de una creación digital, sino que está encarnada por Doug Jones, el mismo que personificó al Fauno y al Hombre pálido de El laberinto del Fauno, así como al Ángel de la muerte de Hellboy II -todas de Del Toro-.

Durante la presentación de la película en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia, el cineasta mexicano contó que había seguido la carrera de Hawkins y estaba maravillado con su expresividad. Lo sedujo su trabajo como la maestra Poppy en Happy Go Lucky, la cinta de 2008 de Mike Leigh. "Tenía esa alegría a prueba de todo, sin ser cursi; una mujer fuerte y subversiva".


En ese sentido, Leonardo García Tsao destaca la creación sutil de Hawkins en La forma del agua. "Expresa las cualidades de Elisa: su soledad, la ensoñación con los musicales, una rebeldía y subversión al sistema; es un personaje con muchos recursos, muy complejo, que ella expresa muy bien; no es una belleza -hubiera sido muy fácil poner a una afanadora guapa-, pero tiene un encanto especial".

En su reseña de la cinta, The Hollywood Reporter apuntó que ésta se centra en "una exquisita interpretación de Sally Hawkins, que transmite tanto delicadeza como fortaleza". Así la imaginó Del Toro, como una peculiar doncella de fábula. "Una princesa que no es princesa; por eso para mí era importante que la película empezara con ella preparándose el desayuno, limpiándose los zapatos y masturbándose, dejando claro que no es el cuento de La Bella y la Bestia", explicó Del Toro en Morelia.

Ayala Blanco explica que esta actriz "a la inglesa" es muy apreciada en Europa por su fuerza vital. "En Happy Go Lucky, Mike Leigh la presenta con una energía alegre, por encima del mundo, a la que no le afectaba absolutamente nada; es uno de los personajes femeninos más vitales del cine británico, un poco retomando a la Rita Tushingham en El Knack y cómo lograrlo (Richard Lester, 1965)".

Por esa actuación, Hawkins recibió un Globo de Oro como Mejor actriz de comedia o musical y el premio a la Mejor actriz del Festival de Berlín en 2008. Fue llamada "la Amélie inglesa", aunque para Ayala Blanco, su registro es exactamente lo contrario.


"Representa la continuación de personajes de los 60: esta herencia post-Beatles de lo que se llamó los angry young men, que es la generación siguiente y presenta a ese tipo de mujeres vitales, interpretadas por actrices como Vanessa Redgrave, Rita Tushingham o Julie Christie.

Hawkins pertenece a ese rango, no tiene nada que ver con la cursilería del cine francés, no es la ñoña bonita; es una actriz fuera de serie, que en cualquier otra parte del mundo no hubiera funcionado, pero en Inglaterra sí, porque tienen toda la herencia de Dickens", concluye.

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