After Office

Patricio Castillo, de la química a la actuación

El actor chileno dejó sus estudios en química para dedicarse a la actuación, debutando en Bellas Artes hace 53 años con la compañía teatral de la Universidad Católica de Chile.

El actor Patricio Castillo dejó la química por la actuación porque quería dedicarse a algo que pudiera realizar durante toda la vida. Su debut en México fue en el Palacio de Bellas Artes con la gira con la compañía teatral de la Universidad Católica de Chile. Desde entonces, han pasado 53 años.

Mexicano por elección, el actor originario de la capital chilena nació dentro de una familia conservadora, abiertamente de derecha. Decidió quedarse en el país en 1964, una década antes del golpe de Estado contra Salvador Allende. Aún se le eriza la piel cuando recuerda el célebre discurso que el expresidente dirigió a los estudiantes de la Universidad de Guadalajara,  meses antes del "coup".

Aunque el cine lo inspiró a actuar, su carrera ha estado dedicada principalmente al teatro. Es reconocido por sus unipersonales, como el Monólogo de Einstein, un personaje con el que -dice- lo une más que la pinta de científico loco: la ciencia es otra de sus pasiones.

El abuelo Chaplin

Para mí lo fue. Mi papá me llevaba al cine a ver sus películas y gracias a él me fasciné por la actuación. A la fecha lo admiro: Chaplin es un genio, maneja el género más difícil, que es la tragicomedia de una manera extraordinaria. A él le dieron permiso de hacer cosas que ningún otro pudo hacer en el cine. Llegó a repetir 70 veces una misma escena hasta que la tenía perfecta.

No conocí a mis abuelos, soy el hijo menor y vengo 10 años después del cuarto. Crecí entre adultos, mi mamá me tenía leyendo a los 4 años y mi papá me regaló un metro cúbico de libros. Aunque mi lectura fue muy desordenada: la primera vez que leí La montaña mágica fue a los 11. ¿Qué iba a entender a Thomas Mann a esa edad?

Del sur al norte

Me enamoré de México y por eso decidí quedarme. Chile es muy frío, monocromático; aquí los colores me avasallaron. Y me gustó su pasión. Recién llegué fui a tomar un tequila en la Plaza de Santa Cecilia -era diciembre y hacía frío-, de pronto vi a un hombre en mangas de camisa, buscándose en los bolsillos, parado frente a un mariachi, hasta que encontró un billete y se lo dio; éste se lo mostró al resto de los músicos, y que se arrancan con "La que se fue" y el cuate empieza a moquear.

Entonces pensé: si un pueblo es capaz de llevar sus penas de esta manera, yo quiero ser de aquí. Después me enamoré de una mujer, me casé y tengo dos hijos de ese matrimonio, y una hija de mi segundo matrimonio.

LO QUE VIENE 
Tras inaugurar el nuevo teatro Royal Pedregal, la obra Jugadores, en la que comparte créditos con José Alonso, Juan Carlos Colombo y Héctor Bonilla, comenzará temporada el 9 de junio en el Teatro Julio Prieto (Xola).

Próximamente se estrenará "Mi generación", de José Bojórquez, cinta que recién filmó en la Ciudad de México. A partir de este mes está disponible en Netflix Acapulco, "La vida va", la película de Alfonso Serrano Maturino que estelarizó junto a Alejandro Suárez, Sergio Bustamante y Luz María Jerez, cuyo estreno en salas tuvo lugar hace unos meses, cuatro años después de lo previsto.

El Golpe de Estado desde México

Lo vi por televisión, lo transmitió Jacobo Zabludovsky y llegó un momento en que ya no aguanté. Mis hijos estaban chiquitos y me metí al baño y no salí en tres horas; lloraba y lloraba, no podía dar crédito que el ejército chileno estuviera bombardeando la casa presidencial. Salvador Allende era muy respetado, particularmente en México, aquí dio su discurso a la juventud, en la Universidad de Guadalajara. Aquí empezó su gira en diciembre de 1972, en la que fue a la ONU, donde recibió un aplauso de no menos de 10 minutos.

Ser la oveja negra


Mi padre pertenecía al Partido Radical, más del centro, pero mis hermanos y mi mamá sí eran de derecha. Mi hermana y yo tuvimos un serio problema, porque no le caía nada bien que yo fuera de izquierda cristiana. Se disgustó profundamente conmigo, pero yo estuve tranquilo. Con el tiempo abandoné las ideologías, porque me di cuenta de que si fueran útiles, alguna hubiera salvado a la humanidad.

La fe y las creencias


Creo que a través de la ciencia también se puede llegar a Dios.
Y respecto a las ideologías, es terrible que ya no existan, pero también ahí la ciencia es un camino. Para mí lo fue, muy particularmente a través de Einstein; me hizo entender muchas cosas de las cuales yo no encontraba la explicación. Cuando se habla, por ejemplo, del hombre unidimensional, uno piensa: ¿Cómo? Lo único dimensional que se conoce es una esfera.

Y Einstein dice: el universo es redondo y en constante expansión. Eso es uno, estamos en constante movimiento y es muy difícil, precisamente por eso, volver congruente tu ser, tu hacer y tu sentir; están unidos, pero en constante movimiento. Con lo único que me quedo es con que todo está siempre creciendo.

También lee: