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'Melancolía', ese pincel que tiñe de oscuro

La exposición 'Melancolía', que a partir de este miércoles se exhibe en el Museo Nacional de Arte, construye por primera vez una mirada a la pintura mexicana que toca ese humor que en los antiguos griegos llamaron bilis negra.

Ella, de negro, se enjuga las lágrimas con un pañuelo frente a una cuna vacía. El cuadro pintado por Miguel de Ocaranza en 1871 (La cuna vacía) es de pequeñas dimensiones, en congruencia con la intimidad del llanto discreto de la escena, que sucede en la oscuridad de una habitación donde se despliega la noche de alma.

Así se ha llamado al sentimiento que entinta de negro la percepción del mundo, y es también el título de uno de cuatro de los núcleos temáticos que integran la muestra Melancolía, que a partir de hoy, en el Museo Nacional de Arte, construye por primera vez una mirada a la pintura mexicana que toca ese humor que en los antiguos griegos llamaron bilis negra.

La exposición está integrada por 137 obras de 80 artistas nacionales, hilvanadas por una reflexión en torno a la manera en que la melancolía ha sido explicada, interpretada y representada en el arte.

"La muestra busca exaltar las cargas afectivas evocadas en obras de importantes artistas novohispanos, modernos y contemporáneos a través de temas como el pecado, la culpa, el duelo, el desamor, la muerte, la espiritualidad, la creación y la magia", explica en rueda de prensa Sara Baz, directora del recinto.

Las piezas, detalla, pertenecen a 44 colecciones particulares e institucionales. Se trata de obras como Retrato de Sofía (1991), de Julio Galán; Bodas del cielo y el infierno (1996), de Arturo Rivera; Pierrot doctor (1898), de Julio Ruelas; El iluminado (1982), de Rufino Tamayo; o Magus (2010), escultura de bronce realizada por Leonora Carrington.

"Repensar la melancolía de la mano de los artistas mexicanos que participan en esta muestra es una oportunidad para reencontrarnos con raíces culturales antiquísimas que nos permiten descubrir, bajo una nueva luz, nuestro potencial de trascendencia, de salvación y de autoconocimiento", considera Baz.

El curador, Abraham Villavicencio, explica que la exposición parte el texto Duelo y melancolía, publicado por Sigmund Freud, en 1915.
"Por lo tanto, la muestra tiene como interés explotar las cualidades afectivas de las obras artísticas, a veces por sus temas, a veces por el uso de los materiales en que fueron realizadas", comparte el comisario.
La exposición, que estará acompañada por un programa de actividades, permanecerá habierta hasta el 9 de julio.

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