After Office

Manfred, la nueva cara para el crecimiento de las Grandes Ligas

Conoce a Rob Manfred, el décimo comisionado de las Grandes Ligas. Este hombre deberá llevar al beisbol a su mejor nivel y luchar contra cualquier obstáculo. 

Su voz es determinante en cualquier asunto, es el hombre indicado para lidiar con todo tipo de crisis, da estabilidad a la liga y contribuye a su crecimiento porque vigila hasta el último detalle. Ésa es la tarea que deberá cumplir Rob Manfred, el décimo comisionado de las Grandes Ligas.

Manfred tendrá el reto de suceder a Allan Huber Bud Selig, el hombre que manejó con mano firme el beisbol durante dos décadas, pero que decidió jubilarse al cumplir 80 años. Su sustituto llegará con gran respaldo porque logró ganar por votación unánime de los 30 dueños.
Desde 1920, las Mayores sólo han tenido en la oficina del comisionado a nueve ejecutivos, una cifra relativamente baja para las exigencias del cargo. Cada uno dejó su huella en la historia, por decisiones tomadas, cambios en el sistema del juego, problemas que afrontaron e incluso hasta por su personalidad.

Abogado laboral, Manfred de 55 años, creció en la pequeña localidad de Rome, Nueva York, y estudió Leyes en Harvard. Desde 1998 ocupó un cargo muy importante, la vicepresidencia de relaciones laborales y su capacidad de negociación fue determinante para evitar la huelga de peloteros que dejó en mal estado a las Grandes Ligas en 1994.
Sus principales retos serán recuperar a los jóvenes aficionados que le han dado la espalda al Rey de los Deportes por su larga duración. Acortar el tiempo de juego será vital para que Manfred tenga una larga gestión como sus antecesores.

La oficina del comisionado fue creada en 1920 para controlar los daños del escándalo de los Medias Negras de Chicago, que perdieron intencionalmente la Serie Mundial de 1919 contra Cincinnati, según revelaron ocho de sus integrantes.

Las Mayores necesitaban una figura de comprobada rectitud, no relacionada con el beisbol, para salvar su credibilidad. El juez Kenesaw M. Landis, a quien la prensa de esa época llamaba El tirano, fue el elegido.

A pesar de que los peloteros de Chicago fueron absueltos por un tribunal, el comisionado Landis los suspendió de por vida del beisbol, incluyendo al estelar Joe Descalzo Jackson, lo que le valió ser electo al Salón de la Fama en 1944.

Los sucesores de Landis tuvieron que lidiar con problemas tan graves como la segregación racial y dos guerras mundiales. Las decisiones emitidas desde la oficina del comisionado preservaron uno de los deportes más amados por los estadounidenses.

El éxito de la figura del comisionado fue imitado por otros deportes como el futbol americano y el basquetbol. La NFL y NBA también tuvieron la visión para colocar en ese puesto a ejecutivos que duran años en el cargo, porque se convierten en especialistas para mediar entre los intereses de los deportistas y el negocio de los dueños de las franquicias.

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