Las mancuernillas solían ser símbolo de elegancia y estatus. Los hombres las portaban de oro, con diamantes o zafiros. Ahora muchos prefieren presumir en sus muñecas figuras de Darth Vader, La Estrella de la Muerte, Superman, Batman o la Virgen de Guadalupe.
Este accesorio era uno de los favoritos de Luis XIV, también fue elaborado con piedras preciosas por Fabergé para los zares y Alejandro Dumas lo inmortalizó en El Conde de Montecristo al describir al barón Danglar.
A principios del siglo XX, las mancuernillas se popularizaron con la invención del modelo T-post, en sustitución de las cadenas. A partir de los años sesenta, su uso comenzó a disminuir drásticamente, en gran medida porque los diseñadores se enfocaron en confeccionar camisas de esmoking con botones.
Aunque los gemelos nunca dejaron de fabricarse por reconocidas casas de diseño, como Tiffany o Ferragamo.
Actualmente han regresado con fuerza en dos vertientes: los ostentosos y elegantes, y los dedicados a la cultura pop, convertidos en un accesorio lúdico que transmite la personalidad de su portador. Hasta hay diseños del reconocido joyero Stephen Webster con la figura de Frankenstein.
Esta tendencia se refleja claramente en el sitio especializado Cufflinks.com, que tiene a la venta alrededor de 4 mil productos, muchos de ellos con diseños de Star Wars, Star Trek, Batman, Superman y superhéroes de DC Comics. Uno de sus modelos más innovadores es el rectangular con dispositivos USB.
Diseñadoras mexicanas como Leticia Llera y Mariana Barranco, han incluido mancuernillas en sus colecciones, pero la tendencia pop y lúdica se ha notado más en los trabajos de Tanya Moss, quien los realiza con forma de like de Facebook, escritura braille o códigos QR, y en las creaciones de Alan K. Thau.
"El problema es que la gente las relaciona con elegancia, con un smoking, y las usa si van a una boda, ahí está el error, creo que están regresando más fuerte porque la gente ya se dio cuenta de que las puede usar con una vestimenta más informal, con jeans y zapatos", opina Alan K. Thau, licenciado en comercio internacional.
El diseñador, quien comenzó a utilizar gemelos desde adolescente por influencia de su padre, el año pasado fundó, casi por accidente, una compañía dedicada a la fabricación de mancuernillas. Un día en Taxco vio unas piedras que le llamaron la atención, las compró y fue a un taller para transformarlas.
Ahora sus diseños se pueden adquirir en las tiendas Saks Fifth Avenue de la ciudad, y tiene creaciones con timbres postales de la primera mitad del siglo XX algunos provenientes de cartas que sus abuelos se escribían, monedas de colección, mecanismos de reloj antiguo e imágenes de la Virgen de Guadalupe. Actualmente trabaja en una edición limitada con los que dice son fragmentos reales de meteoritos.
"Las mancuernillas, junto con la corbata y el reloj, son de las pocas formas que el hombre realmente tiene para mostrar su personalidad", concluye el diseñador.
Las mancuernillas están de vuelta y para todos los gustos.