After Office

Barcelona, letras contra el terrorismo

El luto y la reflexión sobre el impacto cultural de los ataques de ISIS en España ocupa las redes sociales y la prensa en español; las voces por los atentados en Alemania, Rusia y Finlandia brillan por su ausencia.

"Cuando se habla de los atentados terroristas, nuestra civilización, que es hija de la Ilustración, del pensamiento racional y del saber científico, intenta buscar las razones del otro, piensa qué habremos hecho mal, siente mala conciencia porque cree que se podrían haber hecho mejor las cosas. Es sano, inteligente e incluso justo indagar en qué hemos fallado. Pero seguramente resulta ingenuo y excesivamente racional autoculparnos.

Hay gente joven, a menudo frágil, que cae en las redes de los sectarios, que les prometen mundos inexistentes, si bien a algunos les parece encontrar en sus fábulas el sentido a su vida.

Más de una vez hemos oído alabanzas varias al modelo catalán de integración. Y no hay que tener dudas de que es bueno y facilita la convivencia. Pero eso no es un salvoconducto para una sociedad sin terrorismo.

Hay que perseverar en el modelo, pero sabiendo que el trabajo de educadores, pedagogos o asistentes sociales puede venirse abajo si no estamos atentos a otras influencias.

Los jóvenes de origen marroquí de la célula yihadista que ha atentado esta semana en Catalunya tienen su origen en Ripoll y parecían la prueba del nueve de esta capacidad integradora. Como lo demuestran sus notas en el instituto Abat Oliba o su participación en el equipo de fútbol sala de la peña barcelonista. Pero la influencia de un imán salafista pudo ser fatal. Se teme que él les podía haber radicalizado e insuflado el rencor para matar a sangre fría. De la banalidad del mal a la semilla del diablo"Màrius Carol, director de La Vanguardia. Fragmento del artículo La banalidad de mal, La Vanguardia (España), agosto 20, 2017.

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Tarragona. Personas guardan un minuto de silencio tras el atentado del 18 de agosto en Cambrils.

"No, no es el tema principal, ahora mismo, prevenir el racismo. Esto ya lo haremos, pero en el minuto cero de los atentados es de locos empezar por aquí. Es cierto que los que tenemos estos nombres y apellidos llenos de sonidos extraños nos angustiamos cuando hay un atentado, pero sería injusto que el foco se desplazara hacia aquí. Sí, yo tengo mucho miedo cuando hay un ataque, pero he de saber que parte de mi miedo se alimenta de la paranoia que ellos cultivan. La sospecha de unos, la paranoia y la actitud defensiva de los otros, son dos caras de la misma moneda. Si no quiero que las personas con las que convivo pacíficamente empiecen a desconfiar, tampoco puedo hacer yo lo mismo intentando averiguar si desconfían o no. (...)

Pero si los terroristas no representan a los musulmanes, ¿por qué los racistas van a representar a los que no los son? ¿Morderemos el anzuelo y empezaremos a trazar la línea divisoria que hasta ahora no existía dentro de 'nosotros'? (...)

¿Cuándo vamos a hablar de esto? Aparte de decir que los terroristas no son musulmanes, ¿cuándo empezaremos un debate más profundo sobre los peligros de esta ideología totalitaria? ¿Saben nuestros jóvenes dónde acaba el islam y dónde empieza el fundamentalismo? ¿Saben algo de historia de su religión? ¿Podemos poner sobre la mesa estos temas sin que reaccionen a la defensiva y nos acusen de islamofobia?"Najat El Hachmi, periodista. Fragmento del artículo Yo sí tengo miedo, El Periódico (España), agosto 19, 2017.

Francia. En París, la Torre Eiffel también lució los colores españoles como muestra de solidaridad.



"Acaso el peligro mayor de esos crímenes monstruosos sea que lo mejor que tiene Occidente –su democracia, su libertad, su legalidad, la igualdad de derechos para hombres y mujeres, su respeto por las minorías religiosas, políticas y sexuales- se vea de pronto empobrecido en el combate contra este enemigo sinuoso e innoble, que no da la cara, que está enquistado en la sociedad y, por supuesto, alimenta los prejuicios sociales, religiosos y raciales de todos, y lleva a los gobiernos democráticos, empujados por el miedo y la cólera que los presiona, a hacer concesiones cada vez más amplias en los derechos humanos en busca de la eficacia.

En América Latina ha ocurrido; la fiebre revolucionaria de los años sesenta y setenta fortaleció (y a veces creó) a las dictaduras militares, y, en vez de traer el paraíso a la tierra, parió al comandante Chávez y al socialismo del siglo XXI en la Venezuela de la muerte lenta de nuestros días. (...) ¿Era precisamente ese símbolo el que los terroristas islámicos querían destruir derramando la sangre de esas decenas de inocentes al que aquella furgoneta apocalíptica –la nueva moda- fue dejando regados en las Ramblas? ¿Ese rincón de modernidad y libertad, de fraterna coexistencia de todas las razas, idiomas, creencias y costumbres, ese espacio donde nadie es extranjero porque todos lo son y donde los quioscos, cafés, tiendas, mercados y antros diversos tienen las mercancías y servicios para todos los gustos del mundo? Por supuesto que no lo conseguirán.

La matanza de los inocentes será una poda y las viejas Ramblas seguirán imantando a la misma variopinta humanidad, como antaño y como hoy, cuando el aquelarre terrorista sea apenas una borrosa memoria de los viejos y las nuevas generaciones se pregunten de qué hablan, qué y cómo fue aquello". Mario Vargas Llosa, escritor
Fragmento del artículo Sangre derramada, El País (España) agosto 20, 2017.

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Argentina. Mostró su apoyo al teñir el Obelisco de Buenos Aires como la bandera española.

"No son pocas las personas que plantean, ¿hasta dónde ISIS existe operativamente? Lo cierto es que ISIS es la 'marca' y el punto central ideológico-teológico donde pivotean las ideas supremacistas de los jóvenes nacidos en Europa que conforman las células satelitales de cualquier faceta del terrorismo islámico con prescindencia de la mayor o menor influencia operativa del grupo terrorista.

Muchos colegas, académicos y periodistas han planteado una interrogante que ha recogido la revista alemana Der Spigel luego del ataque en Niza, Francia; y señalan que ISIS 'es una organización que brinda a los jóvenes que se radicalizan en suelo europeo la oportunidad de pertenencia', y muchas veces resulta en la entelequia a la cual se aferran esos jóvenes que son captados por el imán de su barrio sin que ese imán pertenezca a ISIS, sino que, utilizando 'la marca ISIS' se vale para diseminar sus ideas en la interpretación del islam y así para llevar a cabo su yihad personal contra Occidente utilizando como armas a esos jóvenes'. (...) Esos ataques no son sino la clara expresión de la expansión del islamismo radical que excede 'la marca ISIS' y sucederían de todos modos aunque ISIS fuera neutralizado y vencido completamente.

Para evitar esos ataques, en el futuro inmediato se debe enfrentar y derrotar la ideología que los genera y que carga con aspectos culturales y las motivaciones religiosas que los generan, y eso se llama de una sola manera: 'yihadismo radical militante'". George Chaya, periodista
Fragmento del artículo ¿Tiene Isis la capacidad de continuar su ofensiva europea?, Infobae (Argentina), agosto 20, 2017.

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