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La poesía 'desnuda' de Eduardo Parra Ramírez

El poeta mexicano Eduardo Parra Ramírez vivió casi 10 años de luchas internas. Con "Refractario" (Malpaís, 2016), el escritor pretende conquistar el silencio y la soledad como elementos de libertad individual.

Dinamitar los versos con el fin de quitar las palabras de sobra, las imágenes poco relevantes y dejar a la poesía contar los detalles mínimos del universo. Para llegar a ello, Eduardo Parra Ramírez vivió casi 10 años de luchas internas.

Con Refractario (editorial Malpaís, 2016), el escritor pretende conquistar el silencio y la soledad como elementos de libertad individual. Tras la primera lectura, da la impresión de una falsa sencillez, pero se trata de una compleja estructuración de voces donde rige la primera persona que reflexiona y le habla al vacío, a la casa, al mar. Luego se desdobla en una segunda persona, dice cosas para sí mismo como si no fuera él. Existe también una tercera cuando se vuelve distante de su acontecimiento.

"Había una insistencia por despojarme, por librarme del ruido", recuerda Eduardo Parra, "sostengo la tesis de que todo ruido que el ser humano tiene dentro, tiene un gemelo afuera que lo está buscando", afirma.

Cuando el poemario se llevó el premio Ignacio Manuel Altamirano en 2007, no incluía la publicación de éste y las circunstancias provocaron que la obra acabara en un cajón.

Los poemas de aquella época habían sido escritos con un temperamento iracundo, provocador hacia el orden establecido y la realidad. En suma, regidos por el fuego.

CONÓCELO
Eduardo Parra Ramírez
Narrador y poeta
Nació en la ciudad de México en 1970
Egresado de la Escuela de Escritores de la SOGEM
Mención honorífica en el Certamen Internacional de Cuento del Ateneo Español 2006
Premio Nacional Ignacio Manuel Altamirano de Poesía 2007
Premio Juan Rulfo para Primera Novela 2008
Es autor de "Palabras sobrevivientes" (2006), "La ira del filósofo" (2009) y "Refractario" (2016)

De las épocas recientes, Parra Ramírez ha adquirido un espíritu sosegado y sus versos han ganado en claridad: son poemas animados por el aire y el agua, sencillos en cuanto a su expresión, pero complejos en cuanto a su contenido.

"Eres una consciencia inteligente alterada cuando estás escribiendo, entonces es como un sueño consciente, un sueño lúcido. Por un lado hay una lucidez, una racionalidad y por el otro lado hay mucha emoción que te altera", sostiene el poeta de 46 años.

"El trabajo con la literatura y la poesía no es una cuestión de palabras: la palabra es una estación, un medio, para llegar a un fin mucho más profundo que es el mensaje significativo", asegura.

Liberado de la soberbia, Parra Ramírez no se olvida de sus maestros: Octavio Paz, Carlos Pellicer, Rubén Bonifaz Nuño, quienes son invocados con epígrafes. De igual modo reconoce a los autores que lo han influenciado en estos últimos 10 años, como Juan Filloy, Roberto Juarroz o Fabio Morábito.

"Me di cuenta que el escritor no sólo escribe cuando está redactando, escribe cuando está caminando, cuando está soñando; al leer a otros, cuando tienes allá adentro una sustancia que está cristalizándose y entonces uno es más atento a las cosas que va registrando la propia sensibilidad o la propia sique o digamos el alma", agrega.

En el fenómeno de la literatura Eduardo Parra Ramírez distingue dos tipos de creadores: el que lleva una mayor carga de intelecto y el creador que se deja guiar por intuiciones y trata de ser esencial con respecto a lo que dice. Él busca ser ese segundo para apelar a una poesía desnuda de ropajes, de uniformes y banderas.

"Una poesía puede ser universal en la medida en que cuente las cosas pequeñas y contando las cosas pequeñas cuente las cosas grandes. Como ese proverbio árabe que dice: cuenta tu aldea y contarás al universo", concluye.

Refractario fue editado en 2016 por Malpaís ediciones; trata de un libro único, que consta de un tiraje de 500 ejemplares, numerados y firmados por el autor.

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