Pese a que los Jefes de Kansas City (7-2) sufrieron las lesiones del corredor Jamaal Charles (ruptura de ligamentos de la rodilla izquierda; fuera toda la temporada) y del quarterback Alex Smith (conmoción; se perdió un juego), se mantuvieron como líderes de la División Oeste de la Conferencia Americana. Will Shields, exguardia del equipo, dice que el head coach Andy Reid ha sido el responsable para evitar un bajón de juego.
"Cuando se lesionó Charles, Reid comenzó a alternar en el backfield a Chacandrick West y Spencer Ware para que el ataque no recayera en el quarterback. Respondieron y fueron fundamentales para mantener el equilibrio, aunque la línea ofensiva también ha hecho su trabajo", explica el también integrante del Salón de la Fama de la NFL.
Pero la fortaleza de los Jefes es su defensiva. El fin de semana pasado, el safety Eric Berry regresó una intercepción para touchdown que inició la remontada ante Carolina, mientras que la línea registra 18 capturas de mariscal de campo en lo que va de la temporada.
"La defensiva es dura y funge como la esencia del equipo. Es agresiva en las primeras oportunidades con el objetivo de que los rivales pierdan yardas y que, posteriormente, en las otras dos puedan contenerlos sin dificultades", agrega Shields, quien participó en el NFL Golf Legends Tournament celebrado ayer en el Club de Golf México.
Previo al enfrentamiento entre Oakland y Houston en el Estadio Azteca, en lo que será el primer juego de lunes por la noche que se realiza fuera de territorio estadounidense, Ted Hendricks, otrora linebacker de los Raiders, dice que los jugadores más atractivos del roster actual son sus receptores.
"Amari Cooper, Seth Roberts y Michael Crabtree son seguros y explosivos. (El mariscal de campo) Derek Carr luce porque ellos pueden hacer una gran jugada en cualquier momento", afirma.
POCO INTERÉS, MUCHO FANATISMO
En una encuesta nacional realizada por El Financiero, el 75 por ciento de los entrevistados no tiene un equipo favorito en la NFL. Pero entre quienes sí, destaca la presencia de equipos que no han disputado un Super Bowl desde hace varios años, como los Vaqueros de Dallas, que no regresan desde 1996.