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La insulsa asamblea de Pumas

La Asamblea del Club Universidad, donde este viernes se elegirá al Presidente del equipo de Primera División, es una simulación innecesaria. Trámite insulso.

La Asamblea del Club Universidad, donde este viernes se elegirá al Presidente del equipo de Primera División, es una simulación innecesaria.

Una asociación que debería estar formada por universitarios exitosos, que aportan sus conocimientos y... recursos, para mantener en los estándares más altos a un club profesional de futbol, se ha vuelto un acto vacío, en hora y día hábil para que no vayan los que trabajan. Trámite insulso.

La culpa es de todos: de los "socios" que se hicieron de lugares en el estadio abajo del costo del boleto y que sólo se quejan del lugar de estacionamiento y el papel del baño de la "zona puma", pero que no ponen un peso de más. De los "directivos" que les cerraron la puerta de las decisiones importantes.

Ahora se quejan los "socios", en inserción pagada en medios nacionales, que el próximo Presidente del Club, Rodrigo Ares, no estudió en la UNAM y de otras excusas irrelevantes. Es cómo si la Universidad no aceptara profesores de otro país. Cómo si no se recibieran alumnos (o jugadores) extranjeros. Se recibe el talento y punto. Universidad, abierta, inteligente, no endogámica y conservadora. No hay valores que un hombre inteligente no pueda aprender y hacer suyos.

¿Y los socios? ¿Y su dinero? No han servido de nada.

Arturo Elías Ayub, con todo el poder de su suegro Carlos Slim: dos títulos, estadio lleno. Pero quiso ser el dueño y naturalmente la UNAM se lo impidió. Lección aprendida. Ahora se sumó a León y Pachuca. Muy bien, la Universidad formando dueños. Ciclo cumplido.

Víctor Mahbub, dos títulos, orden financiero. Poco carisma y problemas de descenso al final. Clásico de los Pumas, otro ciclo cumplido.

Jorge Borja, salvado el descenso, primer superlíderato desde 1991, casi un título contra los millonarios Tigres, cuartos de final de Libertadores. Pero ahora se deben 100 millones de pesos. Son los Pumas. Rescatados por Televisa y por la UNAM, pero siguen siendo los Pumas, otro ciclo se va.

Arriba y abajo. La fórmula funciona. Llegan los millonarios clubes subsidiados y se enfrentan a un equipo que compite y, a veces, gana... y bien.

A los socios (yo soy uno de ellos desde 1998): la fórmula sirve. Metan dinero si quieren quejarse, no ruido, no grilla y no sirvan de herramienta de quienes no quieren irse.

A la UNAM: reformen la simulación de Asamblea de mano alzada y la insulsa grilla temporal. O les exigen y los toman en cuenta o no se las den de muy democráticos.

Así son los Pumas, ciclo arriba, ciclo abajo.

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