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La Guadalupana, el Papa y el arte

El artista argentino Alejandro Marmo planea realizar una escultura de la Virgen de Guadalupe con material reciclado. El proyecto cuenta con la aprobación y el apoyo del Vaticano.  

La Virgen de Guadalupe formará parte de "Simbología de la Iglesia que mira al sur", un proyecto artístico impulsado por el Papa Francisco y liderado por el artista plástico Alejandro Marmo que se dedica a desarrollar esculturas hechas de material reciclado o de descarte, es decir, de basura. 

"La serie Simbología se ha propuesto emplazar símbolos populares de la fe en diversas partes del mundo, pero en especial en ciudades y pueblos de América Latina. Lo hemos hecho con el Cristo obrero y la Virgen de Luján. Sin embargo, el nuevo reto es la Virgen de Guadalupe porque es la patrona de Latinoamérica y soy devoto de ella. Me parece importante construir esa imagen de fe popular en conjunto con sectores marginados", señaló Marmo, quien ha expuesto en países 
como Japón, Austria e Italia.

Asimismo, dijo que replicará a la Guadalupana con la ayuda conjunta de integrantes de los sectores más desposeídos.

¿DÓNDE QUEDARÍA LA GUADALUPE?

El artista argentino Alejandro Marmo desea colocar su escultura guadalupana en algún lugar emblemático de México. 

"Para el 2015 la idea es esa, estamos tratando de ver dónde estaría emplazada, con qué grupos la podríamos construir, se está gestando. Queremos que sea realizada por manos de trabajadores, de aquellos que no saben muy bien cómo integrarse a la sociedad", adelantó.

¿Y QUIÉN ES ALEJANDRO MARMO?

En junio de 2014, algunas de las creaciones de Marmo fueron exhibidas en la Plaza Puebla de la Ciudad de México. En 2009 conoció al entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, y con él inició una relación de amistad que hasta ahora sobrevive. De la colaboración entre ambos surgió el proyecto "Simbología de la Iglesia que mira al sur".

Marmo transforma la basura en verdaderas obras artísticas. En sus manos, hierros retorcidos con nueva vida se convierten en animales, efigies, figuras modernas e incluso religiosas.

Sus creaciones resultaron tan sugestivas que, desde el principio, muchos las desaprobaron. Sin embargo, para él la belleza no se encuentra en la estética exterior, sino en el mensaje que las obras son capaces de transmitir. A eso le llama "estética de la esperanza" y forma parte de su proyecto de vida: Compartir su arte con aquellos que se sienten desorientados (pobres, jóvenes adictos, familias víctimas de la violencia) y enseñarles una forma de expresión desde su interior.

Bajo ese mismo modelo trabajó dos esculturas de cuatro metros que en diciembre pasado, las cuales fueron colocadas en el corazón de los Jardines del Vaticano.

Las figuras fueron armadas con material de descarte de las bodegas de la Santa Sede y en ella trabajaron varios muchachos venidos de Argentina.

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