After Office

La danza que reflexiona sobre la violencia en México

Este viernes y sábado se presentará en Estados Unidos "Made in Mexico", la coreografía con la que la bailarina mexicana Tania Pérez-Salas reflexionará acerca del periodo de barbarie que vive el país desde 2006. 

Con Made in Mexico, la coreografía que Tania Pérez-Salas estrena con su compañía hoy y mañana en Estados Unidos, la bailarina mexicana pone el dedo en la llaga: el rostro del país que, a través de la danza, ha elegido mostrar al público estadounidense, encarna una reflexión sobre el miedo y la violencia.

"El arte, como la vida, tiene todos estos colores, la noche, el día, la tristeza, la felicidad, la pasión, la ecuanimidad. Esa es la maravilla, pero cada artista tiene una manera muy especial de hablar sobre estos temas", explica acerca de la obra que, como un work in progress, presentó previamente en México, en el Centro Nacional de las Artes, bajo el título Macho Man XX.

Con esta pieza concebida para diez bailarines, la artista se presenta por tercera ocasión en el Kennedy Center de Washington, DC, como parte de una gira que continuará en mayo en Los Ángeles. El proceso de construcción de esta obra concluirá con un estreno en el Palacio Bellas Artes, en agosto próximo.

"Finalmente lo más importante es el diálogo que tienes como artista con tus trabajos", afirma la coreógrafa, aunque destaca el valor de ser reconocida internacionalmente. "Es un reconocimiento a la perseverancia y a la búsqueda, al trabajo continuo. Es un enorme gusto que aprecien lo que haces, que piensen que es original tu punto de vista, me hace sentir que estamos en un camino claro".

A través de la danza, Tania Pérez-Salas ha construido una vida desde su interior. Al bailar, cuenta, ha encontrado el sentido de su existencia.

"Para mí el arte es un techo, un refugio. Encuentro muchas respuestas a partir de este diálogo conmigo misma, a través del lenguaje no verbal", comparte.

"La danza tiene mucho qué ver con la energía, desde luego hay un lenguaje corporal, pero hay una energía detrás que conmueve. El bailarín tendría que proyectar su energía y conmover al público. Cada propuesta tiene por sí sola una virtud, en el caso de la danza el cuerpo que está ahí, que está vivo, que lo puedes tocar y sentir su energía, lo hace muy especial".

Como mexicana, ser reconocida en el extranjero ha sido un camino largo, admite. "Hay muchos países que están inclusive en situaciones peores que las nuestras, pero yo te puedo decir que cuando fui a un concurso internacional, mientras otros llegaban con sus entrenadores, yo estaba sola, con mi grabadora. Nos falta infraestructura, no quiero decir que seamos los únicos, pero sí nos cuesta mucho más trabajo que otros países que ya tienen una infraestructura para la cultura, un apoyo mucho más fuerte. Sí, hay toda una tradición de danza en México, pero aun así es muy complicado", concluye.

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