After Office

La cinta que se abrió paso con base en lo obstinado de su autor

"La filosofía natural del amor" -segunda cinta del autodidacta Sebastián Hiriart- es una oscura interpretación sobre la vida en pareja que contiene cierta tensión autobiográfica. Sin apoyos institucionales, al cineasta le costó 40 mil dólares terminarla.

Filmada a lo largo de siete años, La filosofía natural del amor -segunda cinta del autodidacta Sebastián Hiriart- es una oscura interpretación sobre la vida en pareja que contiene cierta tensión autobiográfica: el cineasta comenzó a realizar la película al tiempo que empezaba una relación amorosa que, coincidentemente, terminó cuando finalizó el rodaje. Película atrás de la cinta, pues.

En la trama, la intimidad de los amantes se equipara con la vida de los insectos. Imágenes de apareamientos, alumbramientos o bichos que se devoran, se intercalan con el conflicto sentimental. Dos extranjeros perdidos en un pantano, eso que llaman convivencia.

"Mi concepción del amor cambia todos los días. Y eso se refleja en la película, que también fue cambiando a lo largo de los años. Quise presentar a los insectos, porque he descubierto que a mucha gente le resultan repulsivos, como una forma de explicar el amor, la vida.Todo lo que está vivo se reproduce sexualmente, por más que escribamos poesía y otras linduras", asegura el director.

Hiriart recibió dos premios internacionales con su ópera prima, A tiro de piedra, en el Festival de Kerala y en el Gramado Film Festival). Ha trabajado sobre todo como director de fotografía. También es actor. Cargos que, sin duda, le han ayudado en su desempeño en este oficio. En este nuevo trabajo, no sólo explora el misterio amoroso, sino los alcances del cine independiente en México. Se la jugó al producir y distribuir la cinta que escribió y dirigió. Faena nada sencilla, como puede imaginarse.

Sin apoyos institucionales, a Hiriart le costó 40 mil dólares terminar la producción en la que participan Jorge Zárate, Gabino Rodríguez, Himmel, Diana García, Manuel Castro, Monserrat Ángeles y otros actores.

"Estoy cansado de pedir permiso para hacer y mostrar mis películas", admite Hiriart. Si no la hubieran aceptado en ninguna sede -agrega- la hubiera terminado vendiendo en los semáforos. Contra todo, el cineasta ha logrado poner en discusión la posibilidad de la autogestión de largometrajes en el país.

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