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La ciencia en la NFL

El deporte, la tecnología y la ciencia son caminos que se cruzan. La velocidad y fuerza que alcanzan los atletas es impresionante. Un dato sirve de ejemplo: el 'running back' de los Jets de Nueva York corrió 40 yardas en 4.24 segundos. 

Un partido de futbol americano puede considerarse como un laboratorio de física y biomecánica que expone las diversas capacidades del cuerpo humano. Los choques constantes, los cambios de dirección, saltos, aceleración y lanzamientos han sido motivo de estudios constantes.

Ray Lewis, ex linebacker de los Cuervos de Baltimore, era capaz de imprimir 453.5 kilos de fuerza cuando tacleaba a un rival. Esta cifra supera por 90 kilos la fuerza que un policía de la SWAT es capaz de lograr con un ariete sobre una puerta que se tiene que derribar. Los adversarios soportan impactos de esta magnitud gracias a que las hombreras absorben hasta un 50 por ciento del golpe.

Cada mariscal de campo destaca por habilidades diferentes y hay unos que pueden lanzar más rápidos que otros. Ryan Mallet, comandante del ataque de los Texanos de Hoouston, es capaz de mandar un pase a 104.6 kilómetros por hora, lo que significa que si un receptor está a 20 yardas de distancia, el balón llegará a él en 0.7 segundos. Esta velocidad es similar a la máxima que puede alcanzar un guepardo.

ALCANZAR UN GUEPARDO

La rapidez en los pases debe estar asociada con la precisión. El actual quarterback de los Bengalíes de Cincinatti, Andy Dalton, fue sometido a un estudio que demostró que la trayectoria correcta de los ovoides está determinada en gran medida por los giros que consigue la pelota. El pasador del equipo de Ohio logró que la pelota alcanzara casi 600 revoluciones por minuto, lo que duplica el ritmo de rotación del aspa de un helicóptero.

Si se trata de velocidad sobre el campo, Chris Johnson no tiene nada que envidiarle al jamaiquino Usain Bolt. El running back de los Jets de Nueva York corrió 40 yardas en 4.24 segundos (durante las pruebas del draft), que se traducen en 30.96 kilómetros por hora, y lo convierten en el hombre más rápido de los emparrillados.

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