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Hiromi y su jazz sin límite

Si quieres disfrutar de un jazz fuera de todos los cánones debes ver a la pianista japonesa Hiromi Uehara, quien electrizará con sus veloces acordes el Lunario del Auditorio Nacional el próximo 20 y 21 de marzo. 

Si algo caracteriza a la pianista japonesa Hiromi Uehara es la velocidad y la desfachatez con que atraviesa diversos lenguajes sincopados.

Lleva la improvisación a caminos desconocidos y más cuando en la sección rítmica la acompañan dos leyendas: el baterista Simon Phillips y el bajista Anthony Jackson.Es explosiva en el escenario y dice que nunca sabe qué pasará cuando toca con ellos, como lo hará el próximo 20 y 21 de marzo, cuando se presente dentro de los festejos del décimo aniversario del Lunario.

Su música es veloz, virtuosa y, a la vez, divertida: en sus conciertos combina el piano con un sintetizador microKorg con efectos y dos teclados más, que hacen retorcerse a los puristas. Para ella no hay reglas ni límites, el piano simplemente es una extensión de su personalidad y de sus emociones.

"Es la mejor manera que tengo para expresarme, siempre toco como me siento en ese momento. Tocar es algo muy natural para mí, es una necesidad básica como comer o dormir, amo la música y la necesito", dice la pianista nacida en Japón, en 1979, en entrevista telefónica desde Nueva York.

Hiromi Uehara toca y compone desde los seis años. Tomó clases de música clásica, pero siempre escuchó jazz y otros géneros que a su maestra de piano le gustaban. Un encuentro casual con Chick Corea en Tokio, con quien improvisó una pieza, fue una de sus motivaciones para continuar sus estudios de jazz en el mayor semillero de músicos: la escuela Berklee de Boston.

"No es difícil abrirse camino porque la música es como tu lengua materna; fue una experiencia grandiosa conocer músicos de otras partes del mundo, y conocer distintas formas de expresarse y de entrar en comunicación.

"La experiencia te da muchas posibilidades de hablar y de aprender muchos lenguajes, todos los días vas creciendo, de alguna manera, y siempre vas cambiando un poco tu manera de hacer jazz", expresa la ganadora del premio a mejor presentación de jazz de los Boston Music Awards de 2006.

Ella no suele tocar standards, aunque a veces le resulta divertido, y como desde niña la improvisación se le da con mucha facilidad, de sus presentaciones son más del 70 por ciento una creación libre que realiza en el instante.

"No sabes en qué te vas a meter hasta que te subes al escenario, es muy excitante porque es algo que no puedes controlar, que no conoces, y de repente, te empiezas a adentrar en una gran viaje.

"Tocar música en vivo es más fácil para mí, es muy diferente a la experiencia de estar en un estudio de grabación. A veces escuchas las canciones y es como si fueras otra persona, los escuchas desde un ángulo diferente y tratas de ver si realmente dices lo que tratabas de expresar en ese momento", explica la creadora de nueve discos de estudio.


El power trio

Uehara es una pianista de jazz poco ortodoxa, en sus conciertos es más bien desfachatada, su look es despeinado y moderno; cuando toca se levanta, baila o sube una pierna en el banco. Es tan impredecible que sólo dos músicos tan experimentados como Simon Phillips y Anthony Jackson le siguen el paso.

Aunque ha experimentado distintos formatos -doble piano, cuartetos y tríos-, está enamorada de la potencia y la creatividad de este proyecto, con el que ya lanzó dos de sus discos más alabados: Voice (2011) y Move (2012).

"Siempre es diferente la comunicación cuando los músicos cambian, es como cuando hablas con alguien, la forma de comunicar y la conversación cambia dependiendo de a quién le hablas.

"Disfruto todos los formatos, pero amo lo que estoy haciendo ahora, tocar con este trío es una travesía maravillosa", asegura.

Este ensamble también es famoso por su velocidad y por su mezcla de jazz, progresivo, post-bop, y un leve coqueteo con el rock y el funk. El sonido se potencia con el groove de los teclados de Hiromi, el bajo eléctrico de seis cuerdas de Anthony Jackson, quien inventó este instrumento en los 70, y la precisión y fuerza de Simon Phillips, apodado "el rey del doble bombo", quien ha sido baterista de The Who, Toto, Peter Gabriel, Joe Satriani y Judas Priest, entre otros.

"Es muy confortable tocar con ellos, tenemos mucha potencia. A veces tocamos uno, uno, uno; otras dos, dos, uno; en fin, hay muchas combinaciones que podemos hacer. Para mí es grandioso tener la oportunidad de tocar con estos músicos que tienen muchas habilidades de expresión musical.

"Todos los días nos presionamos a nosotros mismos para tratar de llegar siempre más allá, a lugares a los que nunca habíamos llegado. Nunca lo había hecho antes, es una gran aventura", dice sobre su trío.

Adentrarse en el jazz progresivo ha significado uno de sus mayores retos musicales, pero a ella no le asusta ningún desafío. Durante su carrera se ha nutrido de todo lo que escucha y de lo que experimenta en el camino. Es más, cuando uno ve sus presentaciones, la competencia parece mayor para Jackson y Phillips.

"En los conciertos trato de transmitir todas las emociones que en ese momento estoy sintiendo, sólo espero poderlas transmitir a la audiencia, compartir con la gente ese momento específico", concluye.

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