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Fanáticos de Green Bay esperan hasta 30 años para ver a su equipo

Para los seguidores de este equipo no es sencillo hacerse de un lugar en el estadio. Con una lista de más de 111 mil personas en espera, muchos han muerto antes de tener el privilegio de obtener un asiento para toda la temporada.

Si un aficionado en Green Bay se queda en casa para ver el juego de los Empacadores es porque no le ha tocado el turno para comprar abonos de temporada y ni siquiera encontró boletos en la reventa.

Para los seguidores de este equipo no es sencillo hacerse de un lugar en el estadio. Con una lista de más de 111 mil personas en espera y un estimado de 30 años para que el turno llegue, muchos han muerto antes de tener el privilegio de obtener un asiento para toda la temporada.

El Lambeau Field se inauguró en 1957 y en 1960 la demanda rebasó con creces su capacidad. Fue cuando surgió este método, el cual ha crecido de forma exponencial y desde hace décadas se sabe que los padres inscriben a sus hijos en cuanto reciben su acta de nacimiento.
Según registros oficiales, sólo ha habido ocho mil 800 afortunados.

El asunto se toma muy en serio en Green Bay, tanto que la franquicia debió establecer reglas para la transferencia de un lugar o la posesión de los boletos. Por ejemplo, un aficionado puede nombrar herederos en caso de fallecimiento, siempre que se trate de familiares directos y mediante un acta notariada.

También es posible incluir el tema en los convenios prematrimoniales, y en caso de divorcio, si las partes no se ponen de acuerdo, el equipo tiene facultad de decidir sobre ellos.

Pero la lista, la más larga entre equipos de la NFL, no es lo único que hace de los Empacadores un equipo fuera de lo normal. Se trata de la única franquicia que tiene como dueños a ciudadanos y aficionados.
Un total de 5 millones 11 mil 557 acciones pertenecen a 360 mil 564 accionistas dentro y fuera de Wisconsin y ninguno recibe dividendos por ello, sólo los triunfos y récords del conjunto.

Para evitar que alguien asuma el control del equipo, se reglamentó la posesión de un máximo de 200 mil acciones por individuo, las cuales sólo pueden heredarse a familiares directos.

A estos fieles seguidores les queda un último recurso para ver a su equipo: la compra de boletos por partido en reventa. Es así como un aficionado de pura cepa como el periodista Raymundo Riva Palacio se hace de sus entradas para asistir a uno o más cada temporada.
"Mi afición es de toda la vida. Nunca he contratado una agencia de viajes, aprovecho los mercados secundarios, que están regulados; no hay intermediarios, no hay corrupción y así puedo comprar los boletos", señaló Riva Palacio.

Para ello se vale de empresas como Ticketmaster, donde los mismos aficionados ponen a la venta boletos que no podrán utilizar, aunque con un precio un poco más alto.

"No creas que uso una cabeza de queso, sólo mi gorra y ya. Mi ridiculez no llega a tanto", comentó antes de hacer dos recomendaciones: la primera, que por la escasez de hoteles cercanos al coso y la alta concentración de aficionados de todo Estados Unidos en los días de partido, es necesario reservar hasta con un año de anticipación, y la otra, visitar el museo que alberga la historia del futbol americano y que no abre sus puertas el día del partido.

"Hago todo lo posible por ver a los Empacadores en su casa, casi siempre el primer juego de temporada regular", comparte.

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