After Office

Enrique Walbey expone en un departamento

Las esculturas de mártires monumentales de Enrique Walbey fueron flageladas el año pasado por los ojos de cientos de transeúntes en el Parque España. Al artista le gusta que su obra salga de las galerías, descontextualizarla para volverla a contextualizar con un nuevo significado.

Las esculturas de mártires monumentales de Enrique Walbey fueron flageladas el año pasado por los ojos de cientos de transeúntes en el Parque España. Al artista le gusta que su obra salga de las galerías, descontextualizarla para volverla a contextualizar con un nuevo significado.

Ahora dos de sus esculturas de menor formato se exponen en un penthouse habitado en la Condesa, donde conviven con otras 300 piezas colocadas en la cocina, las escaleras, la sala, el baño o la recámara en la primera edición de Arte a domicilio: la ciudad, signos y cicatrices.

"Cuando sacas la escultura de su entorno al que estamos acostumbrados y la pones en otro espacio, tiende a hurtar el espacio de los demás, tiene otro impacto y todo tipo de respuestas, unas muy favorables y unas muy ariscas. Al final la obra es para eso, para que mueva algo dentro", dice en entrevista el escultor.

"Con este proyecto se demuestra que la pintura, escultura o instalación puede convivir contigo en cualquier espacio, se vuelve más cercano".

Cuando Enrique Walbey entró al PH, no sintió estar en una exposición por la forma tan natural como está realizada la curaduría. No se dio cuenta en dónde estaban sus esculturas, La mujer de sal, que forma parte de una serie de esculturas femeninas en las que rompe el esquema estético de la mujer ideal a los ojos de la cultura occidental. El artista explica que tienen un desgaste físico y una expresión corporal con mucha angustia, pero con una belleza interna que aflora.

La otra pieza, Las seis gracias, muestra tres mujeres embarazadas unidas en un triángulo de tres mujeres. "Estás rodeado de arte de una manera vivencial, cuando estamos en una galería no dimensionamos cómo se puede ver en tu entorno. Es un infinito de posibilidades de la belleza", expresa Enrique Walbey.

Bestialmente humano
Los ocho mártires monumentales, encadenados y torturados que habitaron en el Parque España se exponen desde la semana pasada en el museo del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario. La exposición Bestialmente Humanos está conformada por Martirologio y por una serie de tótems esculpidos en relieve.

En la mayoría de sus obras, sus inquietudes filosóficas sobre el ser se reflejan en los rostros, que parecen haber sido borrados. "No están bien definidos, pero de alguna forma sabes que atrás hay un rostro, esto es algo muy interesante. La expresión primitiva es la corporal, antes que el lenguaje hablado, y en las esculturas el cuerpo es realmente lo que te está diciendo a quién tienes enfrente", comparte.

Desacralizar el arte llevándolo hasta la cocina de un espacio habitado
Instalaciones sonoras y multimedia, fotografías urbanas, esculturas y pinturas de más de 300 artistas se integran naturalmente en dos apartamentos en la primera edición de Arte a domicilio: la ciudad, signos y cicatrices. La propuesta de Art Cage, explica la curadora Martha Lozano, es desacralizar el arte y exponerlo en un espacio alejado de convencionalismos, que la gente se pueda acercar al arte sin sentirse extraño o neófito.

La muestra está curada visualmente, de tal forma que las piezas, de temática urbana la mayoría, se integren entre sí, con la decoración y con el paisaje de la Ciudad de México que se aprecia desde el balcón.

Entre los expositores hay artistas consagrados y emergentes, entre los que destacan Flor Minor, Alejandra Zermeño, Federico Gama, Diana Coca, Japane y Enrique Walbey.

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