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El tiempo como un curso para la eterna docencia

El lector de esta obra clave en la filosofía descubrirá a un profesor de claridad y generosidad poco usuales, quien da cátedra sobre el transcurso del crónometro, los minuteros y sus derivados.

Henri Bergson
Historia de la idea del tiempo
Editorial: Paidós
Precio: 299 pesos

El siglo que descubrió la Teoría de la Relatividad comenzó con un asombro. Entre 1902 y 1903, Henri Bergson, una iluminación austera, impartió un curso -hoy publicado por Paidós- célebre, entre sus celebérrimos, sobre un tema fascinante: el tiempo. No, pues, una cátedra sobre el transcurso del crónometro, los minuteros y sus derivados.

No del tiempo, exactamente. Sino de la Historia de la idea del tiempo, una ambiciosa empresa, harto complicada. El lector de esta obra clave en la filosofía descubrirá (gracias al gran trabajo de edición, de redacción y de traducción) a un profesor de claridad y generosidad poco usuales.

En este curso del Collège de France, recuperado hasta 1990, Bergson habla, no es difícil escucharlo. Y, con un poco de atención y voluntad, disfrutarlo. Las 19 lecciones del tomo, que pasan tan rápido como los días escolares, están llenas de sabiduría. El lector sentirá una genuina envidia por los asistentes a las maravillosas clases de pensamiento.

"Colocarse al interior de lo que conocemos es coincidir con lo que conocemos", proclama el francés. No es, en sentido escricto, una "filosofía del sentido del tiempo" o una "base teórica sobre la evolución del concepto tiempo". En resumen: el libro no es una "técnica" para la comprensión de esa convención que llamamos tiempo. Bergson se empeña en que sus oyentes tengan muy en claro lo que quiere decir.

Para ello se auxilia de la literatura, la ciencia y el arte. "Dentro de un poeta, de un gran poeta, existen muchas más personalidades diferentes, virtuales, que en el común de los hombres", dice -habla- para explicar lo relativo y lo absoluto. "Todos -exclama- somos personajes múltiples".

Y así, esta obra extramuros es un tesoro. Un gran pretexto para sentarse en el pupitre, para volver a las rigurosas clases universitarias. La grandeza de Bergson nunca ha estado en discusión; este es un buen botón de muestra de su valía.

“Podemos decir a priori que el problema de la duración es el problema central de la metafísica”

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