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En diciembre, el rival a vencer en la NFL es el frío

El clima gélido del noreste de los Estados Unidos beneficia a los conjuntos locales, quienes se han enfrentado, incluso, a más de 20 grados centígrados bajo cero. El termómetro marca el rigor del enemigo invisible sobre el campo y sus ataques tienen repercusiones, aunque mínimas, en la estadística.

Podrá hacer mucho frío, pero eso no es pretexto para los jugadores de la NFL, quienes se han enfrentado, incluso, a más de 20 grados centígrados bajo cero.

El termómetro marca el rigor del enemigo invisible sobre el campo y sus ataques tienen repercusiones, aunque mínimas, en la estadística. Desde 1978 los equipos que representan a ciudades frías (cuyas temperaturas máximas en diciembre no superan los siete grados) cuando juegan en casa el último mes del año, han ganado arriba del 62 por ciento de sus partidos (604-359-2).

La pérdida de calor es preocupación constante; la piel y la respiración son las rutas de escape. Los atletas deben mantenerse en movimiento para propiciar la vasodilatación y una activación de la circulación: aislantes contra el congelamiento.

"Si se está nada más en reposo se produce una vasoconstricción y si el frío continúa se presenta el tiriteo, es decir, la contracción involuntaria de la musculatura para generar calor", explica el doctor Gabriel Cherebetiu Domsa, responsable del área de fisiología cardiovascular del hospital Ángeles.

De acuerdo con Sport Science de ESPN, cuando la temperatura corporal desciende, la velocidad de reacción en las extremidades decae porque el cuerpo concentra una mayor parte de su energía en mantener el calor del tronco. Los ambientes congelados propician un mayor consumo energético y a esta situación se le debe añadir la actividad física.

"La glucosa es un combustible y se gasta si hacemos más contracciones musculares con las que producimos calor propio", ahonda el especialista, quien añade que si la temperatura del cuerpo decae a los 28 grados, el corazón deja de latir.

El juego más frío del que la NFL tenga registro se desarrolló en el Lambeau Field el 31 de diciembre de 1967. En el llamado Tazón del hielo, los Empacadores de Green Bay, dirigidos por Vince Lombardi, derrotaron a los Vaqueros de Dallas 21-17 cuando el escenario estaba a menos 25 grados centígrados (sensación térmica de -44). El entrenador de los de Wisconsin no permitió a sus jugadores usar guantes; el mariscal de campo, Bart Starr, asegura que sigue padeciendo consecuencias por el congelamiento de ese día. Don Meredith, encargado del ataque Vaquero, debió visitar el hospital después del choque por neumonía.

El clima puede ser considerado factor determinante. A pesar de que el cuerpo puede competir en ambientes diferentes, los atletas necesitan un periodo de adaptación para poder ofrecer un máximo rendimiento; el problema con los jugadores de la NFL es que sólo tienen pocas horas para relacionarse con las variables meteorológicas.

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