After Office

El mundo necesita mejores personas: Víctor Wooten

Más que un virtuoso. Velocidad y sensibilidad son características que llevaron al bajista al estrellato. A los 8 ya estaba de gira. "El as del bajo de 8 años", le llamaban. Una fama que mantiene intacta en todo el mundo, ahora con 51.

Tenía dos añitos cuando comenzó a aprender música. Ni hablaba todavía. Era el más pequeño de cinco hermanos en una familia de músicos, y resultó el más virtuoso.

A los 5 ya era parte de la banda familiar, The Wooten Five, a los 6 se presentaba con ella en clubes nocturnos y a los 8 ya estaba de gira. "El as del bajo de 8 años", le llamaban. Una fama que mantiene intacta en todo el mundo, ahora con 51.

Pero no solamente: Victor Wooten, un favorito de los escenarios jazzísticos y de fusión en cinco continentes, es también reconocido por su sencillez y su generosidad, manifiesta en un creciente interés en la enseñanza de la música. Métodos poco convencionales inventados por él, que comparte en Berklee College of Music y, más radicalmente, en una serie de campamentos en los bosques de Virginia.

Su particular visión de la música como un ente que posee vida propia la ha plasmado en un libro, The Music Lesson -aún no traducido al español- del que está escribiendo una secuela que espera lanzar el año próximo. También prepara un título más que está basado precisamente en aquella educación musical de la infancia que, dice, fue al mismo tiempo una formación moral.

Esto lo cuenta en entrevista previa a las dos presentaciones que tendrá, el martes y el miércoles de la semana próxima, en el Lunario, uno de los escenarios mexicanos que el bajista ha visitado en numerosas ocasiones -y en el que literalmente ha prendido fuego- con localidades agotadas.

"Estoy trabajando en un libro sobre la influencia que las palabras de mi madre han tenido y tienen en mis hermanos y yo. Parto de algunas frases que nos decía, una muy importante: '¿Para que necesita el mundo un músico más, si hay tantos? Lo que el mundo necesita son buenas personas'", comparte el músico.

"Ella quería asegurarse de que cuando estábamos practicando en el instrumento, también nos estaba haciendo mejores personas. Ese es un tema del que siempre hablo".

Esta escuela materna, dice, es lo que le ha permitido ser una fibra destacada desde pequeño, sin caer en las trampas del ego. "El ego no es algo malo. Es lo que nos permite ser individuos; sólo hay uno para ser único y especial. Es tu propia voz. Pero si dices que tu voz es mejor, eso hace que el ego se vuelva negativo. Por eso es importante entender al ego y su propósito, es importante usarlo para mejorar, pero no para hacerte el mejor", explica.

"Creerme el mejor es es algo que gracias a la manera en que me educaron mis padres y a la influencias de mis hermanos, nunca me sucedió; tal vez sí, de pequeño, pero después, no podría ni pensarlo".
Sobre sus conciertos Wooten adelanta que, como siempre que regresa al país, traerá un show energético y divertido, distinto a lo que ha presentado antes; en esta ocasión, a trío.

También lee: