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El espectáculo mediático que genera el Super Bowl

Desde su origen hasta el día de hoy, el Súper Tazón ha tenido cambios constantes no sólo en el aspecto deportivo: también en el comercial. El evento deportivo más grande de Estados Unidos es ahora un gran show de carácter internacional. 

Los Patriotas de Nueva Inglaterra y los Halcones Marinos de Seattle ya tuvieron su primer enfrentamiento previo al Super Bowl XLIX: un duelo de una hora por equipo con los representantes de la prensa estadounidense y del mundo entero.

La escuadra dirigida por Bill Belichick entró al US Airways Center primero. Más de seis mil reporteros de medios nacionales e internacionales tuvieron la oportunidad de platicar con la plantilla que aspira a conseguir el cuarto título de la institución. Pasaron 45 minutos y los de Washington salieron al relevo para los cuestionamientos previos al Súper Domingo.

"Sólo estoy aquí para que no me multen", dijo Marshawn Lynch, corredor de los Halcones Marinos que tuvo que pagar 100 mil dólares como castigo en 2014 por no hablar con los medios después de los partidos. Sin embargo, el defensor Richard Sherman sí se expresó sobre los supuestos balones desinflados que usaron los Patriotas y aseveró que no habrá ninguna sanción mientras Roger Goodell sea el comisionado.

Sólo dos periodistas han cubierto todas las ediciones del partido definitivo y Jerry Izenberg, de 84 años, es uno de ellos. Él estuvo presente en el Memorial Colliseum de Los Ángeles en el que los Empacadores de Green Bay le ganaron a los Jefes de Kansas City. Los boletos costaban 10 dólares y había asientos vacíos. Ese precio equivale al 0. 2 por ciento del valor promedio de una entrada a la final actual (tasadas en 4 mil 833.25 dólares).

Hablar con los jugadores era tan sencillo como llegar al lugar donde se hospedaban, llamarles a la habitación y acordar un horario, según Izenberg. Ahora, para poder involucrarse en el Media Day se debía superar un estricto protocolo de seguridad antes de acercarse a los atletas. Además, las entrevistas ya se comercializan como un espectáculo, pues cualquier persona podía pagar 28.5 dólares, conseguir acceso a las gradas y presenciar el desarrollo de las conversaciones.

El interés por la NFL experimenta un crecimiento a nivel mundial año con año. Para la edición I del Super Bowl (que se bautizó así hasta la tercera celebración) sólo fueron repartidas 338 acreditaciones; para el próximo encuentro del 1 de febrero de 2015, ocho hoteles alojarán a elementos de la prensa.

La presencia del ovoide alrededor del mundo comenzó una de sus relaciones mediáticas más productivas hace un poco más de una década. Los Pats se midieron ante las Panteras de Carolina en el Reliant Stadium de Houston en la final número XXXVIII, y por primera vez China mandó un conjunto de personas a cubrir el último choque de la temporada. El canal CCTV-5 fue uno de los 14 canales transmisores, de 10 países diferentes, que difundió el evento. Su esfuerzo resultó en una audiencia estimada de 300 millones según AP. Este año 19 canales del país asiático presentarán el juego de campeonato de la NFL.

Reino Unido, Canadá y Brasil también muestran un interés particular por el futbol americano. Al norte del continente inclusive se producen transmisiones en francés para el sector francoparlante canadiense, mientras en el hemisferio sur, tan sólo por parte de ESPN, tres reporteros brasileños visitarán Phoenix para proporcionar informes en portugués.

La liga estadounidense sabe de la importancia que ha adquirido más allá de sus fronteras. Las oficinas filiales en Beijing, Tokio, el Distrito Federal, Londres y Toronto son el ejemplo de la popularización del emparrillado y de la creciente demanda de información sobre el mismo.

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