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El dominio Booktuber, canal 'in'

Los jóvenes divulgadores de la lectura ganan terreno en editoriales, ferias y redes sociales al compartir sus lecturas desde su experiencia, no desde la crítica o el canon y enfocándose en un público no mayor de 25 años.

En un lapso de tres años, los booktubers se convirtieron en los grandes divulgadores de la lectura juvenil para una generación apasionada de los universos distópicos y la fantasía, de autores como John Green y Suzzane Collins.

El impacto que estos líderes han tenido en YouTube al generar comunidades entre jóvenes que desean hablar de sus lecturas les ha ganado en poco tiempo la atención de escritores, editoriales y ferias de libro.

Según datos de YouTube, México es el primer país de Latinoamérica en adoptar esta forma de divulgación originada por Sanne, una joven holandesa radicada en Londres, quien ya tiene 139 mil suscriptores en su canal Booksandquills. Los mexicanos empezaron a surgir entre 2011 y 2012. El canal de Raiza Revelles es el más exitoso, con 618 mil seguidores.

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Los booktubers comparten sus lecturas desde su experiencia, no desde la crítica o el canon. Se enfocan en un público no mayor de 25 años y son devoradores de libros.

Claudia Ramírez -del canal ClauReadsBooks-, el año pasado leyó 67 títulos, 63 más que el promedio de lectura de un mexicano, de acuerdo con el índice del más reciente estudio del Inegi.

HUECOS LITERARIOS
Pero en el festín de estos recomendadores de libros aún no hay muchos autores mexicanos. No por desdén, sino por desconocimiento. Aunque aceptan no conocer a buena parte de los autores nacionales importantes, a las regiomontanas Mariana González -del canal Iamunbrokengirl- y Claudia Ramírez les gusta la obra de Benito Taibo; mientras que a Alberto Rebolledo -de HolaQuéLee- le atraen los latinoamericanos como Isabel Allende y Gabriel García Márquez.

También se les ha cuestionado por no leer clásicos. Ramírez y Rebolledo han leídos pocos, están más interesados en la literatura actual; mientras que Mariana González lo mismo lee 1984 que Los juegos del hambre.

"Siento feo que a veces encasillan a los jóvenes que no leen literatura clásica. Tal vez como las editoriales nos envían las novedades recomendamos novedades, y tal vez los clásicos los leímos hace mucho y todavía no teníamos un canal", opina Mariana González.

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Rebolledo coincide: "los clásicos por algo son reconocidos, pero no se les da publicidad para nuestro mercado. Creo que hacen falta más estrategias".

El escritor Alberto Chimal atribuye las lagunas literarias de estos nuevos divulgadores a un problema escolar. "Vienen de un sistema educativo con serios errores al acercar la literatura a la gente. Para muchísimas personas se vuelve una obligación desagradable".

En todo caso, los booktubers no tienen una obligación académica con su público, considera. "No son críticos literarios, son gente que establece una relación con la lectura y con otros jóvenes; en muchos casos esa interacción es más importante que el libro mismo".

El escritor Julio Patán también celebra la labor, pese a sus carencias. "Es muy difícil evaluar sus capacidades lectoras porque son muy jóvenes, es evidente que en muchos casos tienen huecos qué llenar y están atados a lo coyuntural. Pero es muy meritorio lo que hacen".

Los booktubers tampoco pretenden presentarse como críticos. Simplemente -coinciden- comparten sus gustos por YouTube. "Es como si un amigo estuviera recomendando un libro, nadie se siente obligado a leerlo y realmente encuentran cosas que les interesan y les gustan", concluye Claudia Ramírez.

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SEMILLERO DE ESCRITORES
Hay autores emergentes que tras acercarse a estos canales han logrado un gran impacto. Andrea Saga, impulsada por la comunidad de booktubers de Monterrey, saltó de la independencia a Grupo Planeta en parte por la difusión que le dieron a su primera novela, Potenkiah.

"Empecé a ver sus videos como lectora. Cuando decidí lanzarme como autora independiente, invité a varios. Mariana González fue a la presentación y en menos de una semana hizo un video y se fue pasando la voz", refiere Saga.

Ahora las editoriales les envían libros a los booktubers de acuerdo con su perfil, sin condicionarlos a reseñarlos o a hablar bien de ellos. A estas empresas les conviene por igual darle material a un crítico que a un booktuber porque cada uno habla de distintos libros a distintos públicos, explica Myriam Vidriales, Directora de Comunicación y Marketing de Grupo Planeta.

Lo que más le atrae de estos nuevos líderes es su prescripción desinteresada, una honestidad que les ha permitido atraer a nuevos lectores.

De acuerdo con el Módulo sobre lectura (Molec) del INEGI, en el último año la población mayor de 18 años en México leyó un  promedio de 3.7 libros, en comparación con los 2.94 que marcó la  Encuesta Nacional de lectura realizada por Conaculta en 2014. Estos son los principales índices que arroja el estudio realizado en agosto de 2015.

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