After Office

El diseño se abre paso entre el tejido diario

Cuatro generaciones de creadores convergen en "De ida y vuelta. Diseño Contemporáneo Mexicano", una muestra que propone una reconsideración del objeto y deja ver la calidad del diseño industrial mexicano. 

Una tabla para cortar verdura con cuchillo de jade, una mecedora modular de Tlacotalpan, un portahilo dental de resina, lámparas diseñadas por Francisco Toledo; la pieza de Emiliano Godoy que adquirió el Moma para su colección de diseño y la Banca centípede de Héctor Esrawe, que forma parte de la colección permanente del High Museum of Art de Atlanta, son algunas de las piezas que integran la muestra "De ida y vuelta. Diseño Contemporáneo Mexicano" que hoy abre en la Galería Central del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

La exposición abarca casi cuatro generaciones de diseñadores, desde Oscar Hagerman hasta el joven Carlos Pellicer, pasando por Ezequiel Farca, e incluye alrededor de 250 piezas de diseño utilitario que sorprenden por la forma en que los creadores combinan la tradición y la modernidad.

Son más de 60 diseñadores y colectivos de diversas regiones de México reunidos en esta colección, bajo la curaduría de Ana Elena Mallet, historiadora del arte quien, entre otros cargos, ha desempeñado ese trabajo en el Museo Soumaya, el Carrillo Gil y el Museo Modo.

"El propósito de esta muestra es presentar qué están haciendo los diseñadores actuales, cuáles son las líneas de investigación y los campos en los que les interesa trabajar", explica durante un recorrido por la galería quien también fue subdirectora del Museo Tamayo y desde hace 10 años, trabaja de manera independiente.

De acuerdo con la historiadora, los artistas actuales se preocupan por generar un diseño social, que parta del contexto y se inserte en él, que busque la sustentabilidad y el comercio justo, con un nivel estético. "Hay una búsqueda por voltear la mirada a la tradición, entender el pasado para traerlo al presente y utilizar esas herramientas para generar nuevos lenguajes", afirma.

El espectador encontrará, por ejemplo, reinterpretaciones de la silla Acapulco en los bancos tipo bangladesi de Cecilia León de la Barra, o piezas de vajilla inspiradas en la técnica del papel picado, del diseñador radicado en Los Ángeles, Sami Hayek y la sopera musical de Alberto Díaz de Cossío, uno de los pilares de la cerámica en México.

"Hay muchas formas tradicionales reinterpretadas, formas nuevas trabajadas con materiales tradicionales, la parte de diseño social de empresas como Pirwi, que está trabajando con materiales certificados, con comercio justo; Bala Studio o EOS México, que trabajan iconografía prehispánica trayéndola al presente en formas utilitarias", dice la curadora.

El discurso que propone la exposición se divide en tres secciones: "Una mirada local", está conformada por piezas de Julio Martínez Barneche y de Notwaste, firma que se encarga de rescatar desechos de madera.

Retomando el oficio, despliega piezas en las que los diseñadores industriales se inspiran en oficios manuales. Ejemplo de ello son las creaciones del Taller Experimental de Cerámica, que fundó en la década de 1960 Alberto Díaz de Cossío, o del Colectivo Tlama; también la reinterpretación de la famosa vajilla Puebla de Anfora, realizada por Norman Muller bajo el título de "Pedazos", y la consola de fibra de vidrio tejida a mano de Pentágono Estudio.

Finalmente, "Diseño social" muestra cómo los creadores, en una "tendencia creciente", trabajan en colaboración con artesanos, como Colectivo 1050 que ha basado su labor en zonas en Oaxaca.

"La idea es no necesariamente hacer diseños tradicionales, sino los materiales que sean más eficaces, incluso los métodos de empaque, como 'Hecho y derecho', que es una productora que trabaja con diseñadores mexicanos y produce con artesanos y carpinteros de la sierra norte de Puebla", asegura Mallet.


Toledo diseñador


El pintor Francisco Toledo revela una faceta dentro del diseño en mancuerna con Oscar Hagerman, quienes presentan piezas como lámparas y una silla producidas por carpinteros de la sierra norte de Oaxaca. También se muestran un biombo y un sillón confidente de la firma Hilando México, que trabaja con mujeres bordadoras de Yucatán, y la mecedora modular hecha por José de la O con artesanos de Tlacotalpan, Veracruz.

"De ida y vuelta" se exhibirá en el Cenart hasta el 27 de abril, para después a hacer una itinerancia nacional y probablemente internacional.

La comercialización del diseño mexicano, concluye la curadora, es un aspecto fundamental para impulsar, ya que se trata de una disciplina que tiene como esencia la reproductibilidad.

"La pieza original se reproduce una y otra vez, como sucede en el caso de una fotografía. Es muy difícil, porque no hay todavía, en muchas de las tiendas departamentales y en las tiendas en general, una conciencia y una cultura por el diseño mexicano, yo creo que hacia allá vamos en los próximos 10 años, que haya una clientela, consumidores, usuarios del diseño mexicano y que estos diseñadores puedan producir piezas para el común de la población, de precios más accesibles y que puedan realmente llegar a las masas".

La discusión forma parte de los objetivos de esta muestra, cuyos organizadores, con la finalidad de profundizar en el contexto y la problemática del diseño nacional, organizan dos mesas redondas en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes.

La primera de ellas será el miércoles 2 de abril a las 17:00 horas, bajo el título Diseñador y empresario, moderada por la curadora Ana Elena Mallet. Contará con la participación de los diseñadores Emiliano Godoy, Ariel Rojo, Héctor Esrawe y Ricardo Casas.

El jueves 24 de abril, a las 17:00 horas, se realizará la segunda mesa redonda titulada Diseño social, que contará con Tania Ragasol, directora de Casa Vecina, como moderadora, y en la que participarán los diseñadores mexicanos Marisol Centeno (Biyuu), Sonia Lartigue, José de la O y Taller Luum.

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