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El desamor se va al museo

Ha llegado a la Ciudad de México el Museo de las Relaciones Rotas, el cual cuece más de 100 recuerdos de amor y ofrece a sus visitantes un exquisito banquete de historias. 

"Me volví una zorra por tu fucking culpa. Te extraño", se lee en una de las decenas de hojas pegadas en el muro del Museo del Objeto del Objeto (MODO) que alberga una colección itinerante de piezas donadas por cientos de personas de todo el mundo que, al final, decidieron deshacerse de ese osito de peluche que tanto daño les causó.

Los objetos producto del desamor forman parte del Museo de las Relaciones Rotas (Museum of Broken Relationships), surgido en 2006, en Croacia, como un proyecto artístico de Olinka Vištica y Dražen Grubišić, quienes tras un largo noviazgo decidieron almacenar los objetos reunidos a partir de esa relación en una colección a la que después se sumaron más personas.

Este museo es una olla que cuece más de 100 recuerdos de amor y ofrece a sus visitantes un exquisito banquete de historias. Una de los que más llama la atención es un vestido de novia quemado de la cola, que perteneció a una mujer defeña cuya relación con su esposo fue tormentosa: "Al intentar quemar mi vestido de novia quise olvidar tu mirada agresiva, tus caricias a golpes, tu olor a alcohol, tus tantas amantes, tus armas, tus cigarros mojados, tus navidades lúgubres y tu ausencia mientras nuestra segunda hija fallecía", se lee en la placa.

En una de las salas que conforman la exposición se encuentra una sección donde el público puede pegar un mensaje escrito. Tal es el caso de Jesús, estudiante de ingeniería de 22 años, quien frente a "Chovy", un oso de peluche de un metro de altura que materializa la historia de su primer amor, refiere: "El oso ha estado en mi vida por más de cinco años... No encuentro una mejor manera de cerrar este ciclo tan especial que dándolo para una exposición tan original".

El Museo de las Relaciones Rotas – que estará en México hasta el 8 de junio en Colima 145, Roma - alberga piezas de ciudades como Varsovia, de donde proviene un par de coloridos guantes que pertenecieron a una mujer: "Él me dio estos guantes para introducir algo de color a mi vida. Me dejó al siguiente día por otra mujer. Ahora están casados y tienen un hijo. Los colores nunca me han ido bien".

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Boletos de los Juegos Olímpicos de 1968

Una mujer entregó al museo un boleto de los Juegos Olímpicos celebrados en México en 1968. Ella relata que en ese año estaba profundamente enamorada de su vecino, "el más guapo de la colonia". Para conquistarlo, decidió invitarlo, y aunque fueron novios por muy poco tiempo, ella ve en esos boletos el recuerdo de su primer amor.

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Lencería

La lencería abunda en el museo. Las mujeres de la Ciudad de México donaron varias de sus piezas íntimas para deshacerse de ese mal recuerdo de su primera vez. En cambio, otras optaron por donar su lencería como un homenaje a esa relación que tanto las marcó.

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