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Eduardo Mendoza recibe el Premio Cervantes

Frente a quienes consideran al humor literario como género menor, Mendoza reivindicó que "habría que buscar y reconocer en él la excelencia". El ministro de Cultura, Íñigo Méndez, dijo que el uso de la ironía, la parodia y la comedia de Mendoza reivindica el estilo de Cervantes de hace unos 400 años.

MADRID.- El novelista español Eduardo Mendoza reivindicó el humor como género literario en mayúsculas al recibir este jueves el Premio Miguel de Cervantes, el mayor galardón literario del mundo de habla hispana.

"Recojo este premio con profunda gratitud y alegría" dijo Mendoza, de 74 años, en un discurso entrañable y profusamente aplaudido en el que, en un alegato contra la vanidad, prometió que seguirá siendo quien siempre fue: Eduardo Mendoza, de profesión, sus labores'''.

El catalán, autor de La ciudad de los prodigios (1986) o Sin noticias de Gurb (1991), cerraba así una alocución trufada de guiños humorísticos. Porque frente a quienes pueden considerar al humor literario como género menor, Mendoza reivindicó que "habría que buscar y reconocer en él la excelencia".


El rey Felipe VI presentó el premio —anunciado a finales del año pasado— en una ceremonia solemne celebrada en la Universidad de Alcalá de Henares, la cuna del autor de Don Quijote.

Mendoza es un "verdadero artesano del lenguaje, al cual usa como una herramienta de precisión que se ajusta a los diferentes registros idiomáticos que definen a los personajes de su obra", dijo el monarca.

Destacó también que el premiado y Cervantes comparten una "mirada compasiva" hacia la realidad y hacia sus personajes.

El premio Cervantes, dotado con 125 mil euros (132 mil dólares), suele alternarse cada año entre escritores españoles e hispanoamericanos.

El argentino Jorge Luis Borges, el mexicano Carlos Fuentes, el peruano Mario Vargas Llosa y los españoles Camilo José Cela y Ana María Matute son algunos de los galardonados anteriores.

Mendoza nació en Barcelona pero vivió en Londres y en Nueva York, donde trabajó como traductor de Naciones Unidas durante más de una década, antes de regresar a su ciudad natal.

En 1975 irrumpió en la escena literaria con La verdad sobre el caso Savolta, que recibió el Premio de la Crítica y que se ha considerado que inauguró una nueva etapa en la narrativa española.

Desde entonces ha publicado 15 novelas, dos libros de relatos, cuatro ensayos y tres obras de teatro que se publicarán en conjunto a finales de este mes. También destacan sus traducciones de autores en inglés.

El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, señaló el jueves que el uso de la ironía, la parodia y la comedia de Mendoza reivindica el estilo de Cervantes de hace unos 400 años.

Para Mendoza, el humor de El Quijote, "que reclama la complicidad entre el autor y el lector", constituye la esencia de la novela moderna. "El lector no disfruta tanto de la intriga propia del relato como de la compañía de la persona que lo ha escrito", señaló en su discurso.

También dijo vivir "perplejo, atemorizado y descontento de cómo va el mundo", lo que provocó el aplauso de los asistentes al acto.

"Vivimos tiempos confusos e inciertos con un cambio radical que afecta al conocimiento, a la cultura, a las relaciones humanas", aunque acotó que el cambio no necesariamente tiene que ser brusco o negativo.

En este sentido, discrepó de la afirmación que hace Cervantes en su obra respecto a que "no hay pájaros en los nidos de antaño." ''Sí que los hay -dijo Mendoza este jueves- pero son otros pájaros".

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