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Drones, un vistazo al futuro en un museo

En septiembre llegará al Museo Victoria & Albert de Londres una instalación en la que los seres humanos podrán convivir con drones, esas máquinas que hoy poseen un uso militar, pero en el futuro podrían convertirse en parte de la vida cotidiana. 

La ciencia ficción ha contribuido a ver a los drones como una suerte de soldados flotantes que en un muy corto giro de tuerca pueden convertirse en enemigos públicos.

Asociados por lo general a la milicia, estos robots aéreos permitirían, por ejemplo, realizar incursiones de alto riesgo sin poner en peligro una vida humana; pero series televisivas como 24 y películas futuristas como Oblivion o Surrogates han mostrado el lado oscuro de las máquinas cuando éstas se salen de control.

Más allá del escenario de la ficción, estos semiautómatas nunca se habían puesto al servicio del arte, pero a todo futuro le llega el momento: en septiembre de este año el Museo Victoria & Albert, en Londres, desplegará una instalación integrada por 15 drones que sobrevolarán el jardín John Madejski para interactuar de forma lúdica con la gente.

El aviario de drones (The Drone Aviary) es el nombre de la innovadora pieza que será el principal atractivo del Festival de Diseño de Londres, uno de los más prestigiosos de Europa, a celebrarse del 13 al 21 de septiembre en diversos puntos de la capital inglesa.

Diseñada por el estudio Superflux, la flota robótica ofrecerá al público un vistazo a lo que podría ser la vida en una ciudad futura donde los seres humanos interactuarían con este tipo de tecnología de manera cotidiana.

"Mientras los debates acerca de la utilización militar de los drones se extiende, y la ansiedad ante los temas de privacidad en su uso doméstico crece, poco se contempla la forma en que la presencia de drones civiles cambiará nuestra experiencia del entorno urbano y la manera en que entendemos e interactuamos con las inteligencias algorítmicas", comenta Anab Jain, fundadora de Superflux.

El suyo es un reconocido despacho de diseño anglo-indio, cofundado también por su socio, Jon Ardern, en 2009. Tiene su base en Londres y es reconocido por la consistencia de su trabajo creativo, que como distintivo busca explorar los límites de las tecnologías emergentes y sus implicaciones en la sociedad y la cultura. Ha expuesto su obra en espacios como el MoMA de Nueva York, la Galería de la Ciencia de Dublín, el Museo Nacional de China, Ars Electronica y el Festival de Diseño de Londres.

Cada dron ha sido especialmente diseñado con tamaños, formas y estéticas particulares, de acuerdo con información de la agencia británica Camron, que difunde el proyecto. Además, cada uno ha sido programado de manera distinta para mostrar personalidades y comportamientos propios.

En su vuelo por el jardín del museo realizarán una danza aérea que invitará a los visitantes a tener una interacción con ellos en un ambiente contenido y seguro. Una serie de videos mostrará, desde el punto de visión de la máquina, cómo lucirá una ciudad del futuro en la que los zumbantes robots aéreos formarían parte del paisaje visual, pero también del paisaje sonoro. El discurso implica también la pregunta sobre los controladores humanos detrás de ellos.

Las piezas están siendo manufacturadas con tecnología de punta, y para ello, además de contar con fondos públicos del Consejo para las Artes de Inglaterra, el proyecto cuenta con el patrocinio de la prestigiada marca de cristales Swarovski. La empresa ha puesto los más avanzados materiales desarrollados en sus laboratorios –lentes, fibras y, por supuesto, cristales- al servicio de la obra. Este auspicio forma parte del programa de innovación y apoyo de la casa austriaca fundada en 1895.

"Swarovski posee una larga historia en la comisión de obras de diseño. Por ello ha sido un socio perfecto en la realización del Aviario de drones, por su compromiso con la calidad, la amplitud de visión y el entendimiento del diseño. El proyecto tendrá un gran impacto", comenta en un comunicado Ben Evans, director del festival londinense, que constituye uno de los escenarios creativos más importantes de la ciudad británica desde que surgió, en 2003.

El año pasado convocó a más de 350 mil personas de 60 países y desplegó 84 actividades entre exposiciones, charlas y talleres en su sede del Museo V&A, mientras que otros cinco distritos alojaron un total de 148 eventos.

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