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Disfrute de una tarde bohemia en el Centro

Con un recorrido por cuatro cantinas, conozca las entrañas de esta zona del DF. Concebido por el arquitecto Darío Tiburcio, la finalidad es visitar en cinco horas cuatro cantinas, cada una con su historia y su propio encanto: La Faena, El Gallo de Oro, La Montañesa y La Casa de las Sirenas.

Gozar de una agradable experiencia bohemia en pleno centro de la Ciudad de México parece una utopía, pero si se hace una tarde de sábado con un guía profesional y rodeado de los mejores amigos el resultado es inolvidable.

Ese fue el plan del arquitecto Darío Tiburcio para festejar su trigésimo cumpleaños, junto con sus más cercanos amigos visitó en cinco horas cuatro cantinas, cada una con su historia y su propio encanto: La Faena, El Gallo de Oro, La Montañesa y La Casa de las Sirenas.

El tour, cuyo costo es de 300 pesos (sin incluir bebidas) permite a los capitalinos, provincianos y extranjeros degustar bebidas en un ambiente privado. Antes de llegar a la primera parada, uno ya pudo apreciar en el camino la que era conocida como la Calle del Trago por albergar las primeras pulquerías, el bonito mural de la Familia Burrón con todos los personajes y una estupenda caricatura de Carlos Monsiváis en la calle de Regina, así como el bar La Vaquita donde Mario Moreno Cantinflas trabajó como mesero y dicen era tan pobre que dormía en la barra.

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El Gallo de Oro

El Gallo de Oro la primera que se construyó en la capital en 1874, donde se puede degustar un exquisito bufete (que está incluido en el precio del tour), que contiene platillos que se cambian cada semana según afirma su dueño y gerente, Enrique Valle Durán.

A pocas calles se ingresa a La Faena, cantina museo dedicada exclusivamente a la fiesta brava. Inaugurada en 1958 que cuenta con indumentaria original de famosos matadores como el español Juan Belmonte, hermosas pinturas y dos enormes rockolas que por unas cuantas monedas ponen el ambiente.

Según platica el historiador Luis Mendoza, en este lugar iniciaron los famosos cadeneros porque las filas eran tan largas que no todos podían ingresar. En esta cantina se reunían los aficionados a la tauromaquia antes y después de cada corrida.

La segunda visita es a la cantina El Gallo de Oro la primera que se construyó en la capital en 1874, donde se puede degustar un exquisito bufete (que está incluido en el precio del tour), que contiene platillos que se cambian cada semana según afirma su dueño y gerente, Enrique Valle Durán.

Su abuelo, Ramón Valle, compró el negocio en 1923 en pequeños pagos. El esplendor llegó en los años 70. "El centro era como el Wall Street mexicano, aquí estaban todos los bancos, aquí era el emporio; nos visitaba Manuel Espinosa Yglesias, los Longoria que eran banqueros, los Arango de Aurrerá y Aznar dueños de Blanco".

El Gallo de Oro se convirtió "en una cantina exclusiva, la más cara de México". Aún quedan huellas de ese esplendor como sus famosos gabinetes de piel que después copiarían los restaurantes tipo Vips. Sin embargo, el terremoto de 1985 no sólo detuvo el reloj otomano de la famosa plaza de la ranita -que se ubica justo enfrente de la cantina- también ahuyentó a sus ricos clientes. Ahora es un lugar familiar en el que se puede comer y beber por precios bastante razonables.

Con el calor de las copas, la diversión se incrementa en el bar La Montañesa, ubicado en la calle de Palma desde 1946 que ahora tiene un aire moderno gracias al divertido sistema de karaoke que hace cantar hasta al menos entonado.

Para culminar la jornada se puede degustar una de las 40 variedades de mezcal o cerveza artesanal en La casa de las sirenas. Al final del día uno queda embriagado de placer y lo único aconsejable es pedir a algún conocido que lo lleve a casa.

Costo: 300 pesos
Días y duración: Todos los sábados a partir de las 13:00 hrs. dura cinco horas
Agencia: Mex-Inca, tel. 57-82-35-77
Sitio web: www.mex-inca.com.mx

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La Montañesa

Con el calor de las copas, la diversión se incrementa en el bar La Montañesa, ubicado en la calle de Palma desde 1946 que ahora tiene un aire moderno gracias al divertido sistema de karaoke que hace cantar hasta al menos entonado.

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