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Diego fue San Paolo

Diego Armando Maradona abandonó al Nápoles en 1991, desde entonces el equipo no ha podido ganar el scudetto o cualquier título internacional. El estadio San Paolo aún extraña al astro argentino.

El 25 de abril de 1991 Diego Maradona se acercó a los tifosi en la cancha del estadio San Paolo para festejar el 1-0 con el que el Nápoles venció al Bari en la Liga Italiana. Ese fue su último encuentro con la azul, a la que hizo histórica. Fue elegido para ser sometido al examen antidopaje, en el que daría positivo por consumo de cocaína. El campeón del mundo en 1986 fue suspendido 15 meses y en la clandestinidad partió a Argentina.

Con Maradona, el 11 ganó sus únicos dos títulos de liga (1986-1987 y 1989-90) y su única Europa League (1988-89). Su salida del cuadro del sur de la península cortó el efecto ganador del la escuadra y produjo que paulatinamente otros jugadores, como el mediocampista Gianfranco Zola, salieran de sus filas meses después.

"Diego reflejaba mucho a los aficionados del equipo. Tenía corazón, humildad y ansia de triunfo. Recuerdo que cuando era un niño, asimilar su partida fue terrible. En aquella época el equipo acumulaba títulos, tenía al mejor jugador del planeta y gozaba de prestigio mundial. Luego, todo desapareció", recuerda Paolo Cannavaro, aficionado y posteriormente capitán del equipo de 2005 al 2012, en una entrevista en mayo del 2015 a la revista Panenka.

El Nápoles -que lleva dos victorias en la presente edición de la Champions League y mañana se enfrenta al Besiktas- inició una descomposición deportiva en la que tuvo su clímax en el final de la temporada 1997-98, en la que descendió a la Serie B, la segunda división italiana. Se recuperó en el siguiente año futbolístico y ascendió, pero para la campaña 2001-02 volvió a caer en la división de plata del balompié italiano. En agosto del 2002 fue declarado en bancarrota por el Tribunal de quiebras , organismo que declaró que el equipo tenía un adeudo de 70 millones de euros. Como sanción, la Federación Italiana de Futbol los relegó a la Serie C1, que podría llamarse la Tercera División Profesional.

"Estoy feliz, es un sueño hecho realidad ser el propietario del Napoli y lo mejor es que las finanzas están saneadas. Mi propósito es que en cinco años la escuadra vuelva a ascender a la Serie A y que se califique para los puestos de Europa o Champions League. Los primeros grandes refuerzos que tendremos serán exjugadores de Juventus, Milán o Inter, quienes no fueron valorados en estos equipos y aquí encontrarán una segunda oportunidad", explicó Aurelio De Laurentiis, productor cinematográfico, en octubre de 2004 al diario La Reppublica, cuando se convirtió en el nuevo dueño del club.

De Laurentiis cumplió con su palabra. Para 2007 regresó al equipo a la división de honor del futbol italiano y cinco años más tarde, el club calificó a la Europa League, al terminar sexto en la liga. El Napoli no ha perdido ritmo desde su vuelta a la Serie A y desde 2009 tiene siete campañas consecutivas en las que califica a los torneos europeos (cuatro ocasiones a Champions League y tres a Europa League).

Pese a esto, el fantasma triunfal de Maradona no se ha ido de San Paolo. Bajo el mandato de De Laurentiis, el equipo ha ganado dos campeonatos de la Coppa de Italia (2011-12 y 2013-14) y un título de Supercopa (2014), pero ningún scudetto y tampoco ningún galardón internacional. La Liga se les escapó en dos ocasiones en las campañas 2012-13 y 2015-16, en la que terminaron subcampeones y la Europa League se les negó en la temporada 2014-15, cuando el Dnipro ucraniano los eliminó en semifinales.

Compran barato, venden caro
Los mercados de fichajes se han convertido en una de las principales fuentes de ingreso del Nápoles. La política del club se basa en la premisa de comprar jugadores, ya sea de Sudamérica o de Europa, a bajo costo y después venderlos a un precio mayor a los equipos más poderosos del mundo.

Ejemplos sobran. A Ezequiel Lavezzi lo compraron en 2007 del San Lorenzo por 6 millones de euros y lo vendieron al PSG por 30 mde en 2015; Edinson Cavani vino en 2010 del Palermo por 24.5 mde y lo transfirieron también al cuadro parisino en 2013 por 55.5 mde. Mientras que Gonzalo Higuaín, quien llegó del Real Madrid, fue fichado por 39 mde en 2013 y apenas en mayo pasado fue vendido por 90 mde al Juventus. Mañana el club buscará memoria en el San Paolo.

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